Las garnachas, el póquer, el dominó, las cervezas y los bares o cantinas son algunas de las tentaciones que todo soldado mexicano deberá evitar, para no ser sancionado o, en el peor de los casos, destituido.

 

El nuevo código de conducta que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) establece una serie de disposiciones, a partir de términos amplios y que se aplicarían a cualquier servidor público de las áreas de seguridad, como actuar siempre con honestidad y respetar los derechos humanos, hasta cuestiones específicas para los militares, como la prohibición para acudir a lo que denominan “centros de vicio” o practicar “juegos de azar”.

 

Incluso, aunque no menciona que los soldados deben ser súper atletas, sí advierte la necesidad de ingerir elementos que “no incrementen la masa corporal”, es decir, para que no se vuelvan obesos.

 

El Código de Conducta de los Servidores Públicos de la Secretaría de la Defensa Nacional, publicado en el Diario Oficial de la Federación a finales de marzo, se encuentra sustentado en 16 “valores específicos” que los aproximadamente 207 mil soldados del Ejército deben seguir al pie de la letra.

 

Se trata de un documento, según la propia argumentación de la Sedena, que tiene como objetivo delinear el perfil de los soldados para evitar actos de corrupción y presenten una imagen adecuada que facilite que los ciudadanos confíen en ellos.

 

“(Se busca) prevenir y abatir las prácticas de corrupción e impunidad para impulsar la mejora de la calidad en la gestión pública, que aseguren a la ciudadanía certidumbre en cuanto a las actividades de las Instituciones de Gobierno, la calidad de sus servicios y un cambio de actitud en los servidores públicos”, indica el documento.

 

Los 16 valores a los que hace referencia el código de conducta son Conocimiento y observancia de la normatividad, Actuación en el cargo, Manejo y distribución de los recursos, Captación y atención a los ciudadanos, Espíritu de compañerismo, Manejo responsable de la información, Mejoramiento ecológico, Compromiso ciudadano y Preservación de la salud e integridad física.

 

También se contempla la Mejora continua, Respeto y coordinación mutua con otras dependencias federales, Obligación de educar y difundir el conocimiento, Lealtad como norma institucional primaria, Apego a los derechos humanos y Actuar con perspectiva de género sin discriminación.

 

El documento no hace referencia a las sanciones para los soldados en caso de incumplir las disposiciones, pero los procedimientos disciplinarios del Ejército van desde arrestos administrativos, hasta destituciones, y en caso de que se cometan delitos, procesos penales o militares.

 

Ni gordos ni viciosos

 

En el apartado relacionado con la preservación de la salud e integridad física, el Código de Conducta establece  medidas específicas para evitar que el militar se ponga en riesgo en situaciones ajenas a su servicio y que preserve una buena condición física.

 

Se establece, por ejemplo, que los soldados “se abstendrán de concurrir a lugares o centros de vicio, así como practicar juegos de azar o de cualquier otro tipo que desencadenen riñas o inconformidades, que pongan en riesgo su salud e integridad física”.

 

También se afirma, de forma elegante, que los soldados practicarán una “cultura de alimentación adecuada”, en prevención de “enfermedades asociadas con el aumento del índice de masa corporal”. Es decir, rechaza la comida chatarra.

 

Respecto a fumar, está permitido bajo las limitantes del respeto a los espacios libres de humo. Pero se prohíbe, expresamente, el consumo de alcohol, drogas y “cualquier otra sustancia nociva para la salud”.

 

Cero tolerancia

 

Al hablar del manejo de los recursos de la institución, el Código de Conducta hace énfasis a la “cero tolerancia” respecto a los actos de corrupción de los soldados, así como al influyentismo, a la burocracia administrativa y a la “mediocridad laboral”. Además, es obligación de un soldado reportar los actos “deshonestos” de otros y de sus compañeros.

 

Se subraya que el trato entre los militares debe ser amable y cordial, con independencia del color, edad, religión, lugar de nacimiento y nivel jerárquico.

 

“El servicio público no es un privilegio sino una responsabilidad, por lo cual, el trato entre servidores públicos debe sustentarse en la colaboración profesional y el respeto mutuo”, indica el código.

 

En el tema de derechos humanos, se especifica que los militares deben portar permanentemente las cartillas de Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario, y que no se debe discriminar a ninguna persona por su condición social y preferencia sexual, entre otros.

 

Informar por escrito sobre negocios personales o de parientes hasta de cuarto grado, cuyo beneficio pueda contraponerse a los intereses del Ejército; el uso responsable de los vehículos oficiales, y buscar preservar la buena imagen de la dependencia, son otras medidas que contempla este código.

 

Obligaciones

 

*Evitar apuestas y “centros del vicio”

*Alimentarse adecuadamente

*Prohibido ingerir alcohol

*Denunciar actos deshonestos

*No discriminar a ningún ciudadano