La semana pasada, Anderson Cooper -conductor del programa AC360 y la figura más reconocida del canal de noticias CNN- recibió una llamada que le ofrecía la titularidad del “Today Show” de la NBC.

 

“Today” es el programa insignia de las mañanas en la Unión Americana. Creado en 1952, el programa es una mezcla de géneros noticiosos y de variedades que terminó por dar la pauta a todos los programas del estilo a nivel mundial.

 

Incluso, en México, el formato del “Today Show” fue utilizado para realizar programas como “Diario Nescafé”, con Jacobo Zabludovsky y el mítico “Hoy Mismo”, con Guillermo Ochoa y Lourdes Guerrero.

 

La mezcla es arriesgada: el formato debe dar cabida a conductores que tengan carisma, credibilidad y la ductilidad necesaria para poder saltar de la nota dura a lo más frívolo imaginable. No es fácil, de hecho es el trampolín o la tumba para los periodistas que ahí se presentan.

 

De “Today” surgieron figuras que, a la larga, se convertirían en la voz autorizada no sólo de la NBC, sino de otras cadenas. De ahí surgió Tom Brokaw, tuvo su paso estelar Barbara Walters y creció hasta ser la Mega figura noticiosa Katie Couric. De hecho, Couric se ganó la simpatía popular en el trance por el cual su esposo luchó contra el cáncer de colon y ella, con la fuerza de la emisión, ayudó a crear conciencia sobre los peligros de la enfermedad.

 

“Today” se convirtió en una máquina de hacer dinero, estrellas, productores exitosos -de hecho, Jeff Zucker saltó de la producción del programa a dirigir la barra nocturna de la NBC y, posteriormente, el canal completo- contenidos y agenda provenían desde ese estudio que, aún a la fecha, se encuentra a un lado del edificio insignia del canal en el Rockefeller Center.

 

Como cualquier máquina de dinero, el show se convirtió en máquina de problemas.

 

Reporteros despedidos, conductores envidiosos de la fama de los meteorólogos, duelos de ego y presencia.

 

A la fecha, el programa ha comenzado a entrar en una crisis cuyo conductor principal, Matt Lauer, no ha podido escapar.

 

Pese a haber firmado un nuevo contrato que terminaría hasta 2014, Lauer ha tenido que sortear todo tipo de críticas y ataques en los últimos meses. Su tono y actitud hacia el staff, prensa y compañeros de trabajo han llegado a reflejarse al aire con la consiguiente desaprobación de la audiencia.

 

A eso habrá que agregar la aguerrida estrategia de la competencia. ABC decidió apostar a que “Good Morning America”, su programa matutino, tomara la batuta de las mañanas televisivas. Para ello, decidieron realizar notas con toque sensacionalista, incorporar más espectáculos e, incluso, invitar a Katie Couric a conducir en algunas ocasiones.

 

El resultado ha sido que los ratings se han emparejado, situación que no pasaba en décadas.

 

Ahora existe la disyuntiva si Jeff Zucker -quien ahora es el jefe de Anderson Cooper en CNN- dejará ir a su conductor estrella y a quien, incluso, le ha pedido otros proyectos para el canal, o si NBC estará lista para ir a un pleito monumental con su conductor matutino actual.

 

En México estos pleitos no se dan. El noticiero de la mañana tiene un formato de Hard News difícil de cambiar y el emulo de “Today Show” en Televisa no busca ser referencia sino solamente un foro de entretenimiento para las amas de casa.

 

Eso sí, nadie dude que Andrea Legarreta puede tener la misma fuerza e influencia que Matt Lauer en ese segmento.

 

Aunque sus credenciales sean radicalmente distintas.