El plan de modernización que prepara la actual administración de la Procuraduría General de la República (PGR) prevé una transformación profunda de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), la cual podría ver acotada su estructura o incluso desaparecer para ser dividida en unidades especiales.
La SEIDO es de hecho la única subprocuraduría de la dependencia que continúa sin titular, luego de que ya transcurrieron los primeros cien días de la administración.
Autoridades de la dependencia confirmaron a 24 HORAS que no se ha hecho este nombramiento debido a que la continuidad de dicha área no está garantizada, al menos con la estructura que tenía anteriormente.
Las alternativas son dos fundamentalmente: separar la SEIDO de forma definitiva en distintas unidades especializadas, cada una con su propio equipo de fiscales y agentes ministeriales. Algunas de estas unidades estarían adscritas a otras subprocuradurías o incluso a la misma oficina del Procurador.
La otra opción es mantener esta subprocuraduría pero con funciones más acotadas, similares a las de una Fiscalía Especializada y separando de ella áreas como la de lavado de dinero y falsificación de moneda.
El último titular de la SEIDO (antes SIEDO) fue Cuitláhuac Salinas, quien renunció al cargo a finales de noviembre por diferencias con la entonces procuradora Marisela Morales, relacionadas con movimiento de funcionarios que presuntamente colaboraban con el crimen organizado.
Pese a que desde ese momento la subprocuraduría se encuentra acéfala, autoridades de la PGR han insistido en que el trabajo en esa área no se ha detenido ni paralizado, pero si ha cambiado la dinámica de seguimiento en algunas investigaciones.
Por ejemplo, la averiguación previa del caso de la líder magisterial Elba Esther Gordillo se inició en la SEIDO porque ahí está adscrita la Unidad Especializada de Investigación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, pero el trabajo de investigación se llevó desde la subprocuraduría de Control Regional que encabeza Alfredo Castillo.
Aunque el procurador Jesús Murillo Karam no ha revelado los detalles de su plan de modernización, ha insistido en diversos foros sobre la importancia de transformar la PGR para adaptarla a las exigencias actuales, y ha hecho referencia a la necesidad de contar con unidades especializadas para generar averiguaciones que permitan consignar casos sólidos.
Respecto a las otras subprocuradurías, la administración actual también prevé la redistribución de algunas áreas, aunque no se han confirmado más detalles.
Lo que es seguro, indicaron autoridades federales, es que el plan de Murillo requerirá otra vez modificaciones a la Ley Orgánica de la PGR, que tendrán que ser aprobadas por el Poder Legislativo.
En la PGR indicaron que es probable que antes de que concluya marzo se den a conocer avances de los cambios que se planean en la dependencia federal.