Su literatura habla de esos seres que por comodidad hacemos como que no existen: niñas y niños violados y golpeados por sus familias, vendidos, olvidados en la calle sin remordimientos, prostitutas, travestis, drogadictos, gente muy pobre e ignorante, es decir, todos aquéllos que viven peor que esos perros que se pasean por el Parque España orgullosos con sus dueños.
Alejandro Reyes es el vínculo entre la literatura marginal brasileña y México. Por eso resulta extraño llegar a buscarlo al edificio de la editorial, en Polanco, una de las zonas más exclusivas de esta capital. Que en la puerta un póster enorme promocione el más reciente libro de Paulo Coelho. Además, que su novela fuera la ganadora del Premio Lipp 2012, es decir, que sea indirectamente parte de la campaña publicitaria de un restaurante francés, de moda entre los políticos y empresarios de este país.
El movimiento de la literatura marginal brasileña tiene más de 10 años, pero poco se conoce de él en México.
“Es un movimiento muy importante, de autores que vienen de las favelas y las periferias de Brasil, que están escribiendo una literatura totalmente diferente: dura, combativa, fuerte”, explica Reyes.
FOTO: GRETTA HERNÁNDEZ.
Manual práctico del odio, el primer libro del movimiento de la literatura marginal brasileña que llegó a México, de Ferréz, fue traducido por Alejandro Reyes.
Hoy, el traductor, habla como autor, pues acaban de acomodarse en las librerías cientos de ejemplares de La reina del cine Roma, una vacuna contra las notas de la televisión que hablan de los niños de las coladeras como si fueran lo más normal del paisaje de las urbes.
“El libro surgió de muchos años de vivencia muy íntima con chavos en la calle y todo el submundo que está retratado acá”, dice Reyes. “Todo el mundo de las calles, de la noche, la prostitución, el travestismo, y sobre todo de los niños que están en las calles de Salvador (Bahía, Brasil), en un momento muy particular, que es el final de los 90, inicio del 2000”.
Lo armó con historias que le contaron, con cosas que vio.
“Surge a partir de un sentimiento de rabia, de indignación, y al mismo tiempo de amor”.
Por ejemplo, Betinho uno de los protagonistas de su novela, dice al principio de la historia: “Una niña linda como ella, toda encogida en este rincón lleno de ratas y cucarachas y apestando a miados con mierda… no debía estar ahí, porra, de veras que no debía, vida del carajo.
Lo bueno es que Dios no tenía la costumbre de andar por esos rumbos a esa hora, porque lo hubiera molido a palos y entonces sí me mandaba a rostizar para siempre en el infierno”.
Betinho se refiere a su compañera de aventuras, María Aparecida, la primera vez que la ve la recuerda como una negrita chiquita. “Debía tener como máximo unos diez años, una lindeza. Estaba dormida cerca de mí, envuelta en un trapo sucio que debe haber encontrado en la calle”.
La reina del cine Roma es considerado uno de los productos de la literatura marginal brasileña. De hecho, primero se publicó en portugués. Háblanos más del movimiento, acá pocas cosas nos llegan desde el underground…
De hecho, la revista Caros Amigos fue una de las que ayudó a impulsar esto, con una visibilidad mayor. Lo que es interesante de este movimiento de literatura marginal es que ya tiene una cierta visibilidad, tanto de mercado, porque algunos autores están publicando en editoriales grandes, esta novela de Ferréz por ejemplo, está traducida en cinco o seis idiomas, en muchas partes del mundo.
Tiene interés académico en Brasil y un interés amplio, aunque intencionalmente está dirigida al propio consumo de las periferias.
“Recuerda que Caros Amigos, con ayuda de Ferréz, sacó primero un tomo dedicado exclusivamente a la literatura marginal, dos años después otro y un año después otro… Esto ayudó. Asimismo existe un fenómeno interesante, los saraos, como tertulias.
“En las zonas marginales no hay casas culturales, entonces lo que hacen ellos es ocupan un bar, y hacen unas tertulias poéticas, políticas, combativas, y con una onda mucho del rap, y del hip hop, y de ahí ha surgido… Es impresionante, uno va a la periferia más lejana del sur de Sao Paulo, barrios muy pesados, y los miércoles tenemos 200 o 300 personas recitando poesía y escuchando poesías en los bares”.
FOTO: GRETTA HERNÁNDEZ.
-¿Cuál es el impulsor, el dinero?
Es poder contar, narrar, una realidad propia, que ha sido marginalizada, que ha sido excluida, inclusive criminalizada, sobre todo que ha sido excluida de la palabra escrita. En América Latina tenemos una larga historia de colonización lingüística, es la ciudad letrada, el lenguaje normativo que viene como una imposición para nivelar toda la pluralidad polisémica de la multiplicidad (…)
-¿La calle se está apropiando de su lenguaje?
“De dónde viene esto, de una necesidad, de narrar una realidad que es muy dura, que es muy injusta, pero a partir de su propia visión, y no de una visión de afuera que siempre es parcial y distorsionada”.