SHANGAI. El número de muertos en el este de China por la nueva cepa del virus de la gripe aviaria H7N9 ha aumentado ya a seis, tras la muerte de un granjero de la ciudad de Huzhou, en la provincia oriental de Zhejiang, y de otras dos personas en Shanghái en las últimas horas.

 

Desde el anuncio de las dos primeras víctimas mortales el pasado domingo, se han producido seis muertes por el virus, cuatro de ellas en Shanghái y dos en la vecina Zhejiang, y el número de contagiados se eleva ya a los 16 en todo el país, según informó hoy la agencia oficial Xinhua.

 

Seis de los contagiados que siguen aislados y en tratamiento médico están en Shanghái, otros seis en la provincia de Jiangsu, uno en la de Anhui y tres en Zhejiang, todos en el este de China, en una franja de no más de 400 kilómetros, desde la costa shanghainesa hacia el noroeste por el interior.

 

De total de afectados, dos de los que están en Shanghái han empezado a mostrar síntomas de mejoría: un adulto y un niño de cuatro años que había sido el primero en empezar a recuperarse, ya que, pese a estar infectado, sólo tuvo los síntomas con levedad.

 

Ante el ascenso de los contagios, el anuncio de medidas para atajar la propagación del virus no ha tardado en llegar en Shanghái.

 

El gobierno de la metrópoli, la región más afectada del país por la nueva cepa, cerrará sus cientos de mercados de aves vivas, tras hallar el H7N9 en uno de ellos, a partir de mañana y hasta nuevo aviso, según anunció esta tarde en rueda de prensa la directora del Centro de Control y Prevención de Epidemias local, Wu Fan.

 

El Mercado Mayorista de Productos Agropecuarios de Huhai, de la población shanghainesa de Dongjing, en un área rural de un apartado distrito suburbano de Songjiag, ya fue cerrado esta mañana por las autoridades locales al localizarse en unos análisis a una paloma infectada con esa cepa del virus.

 

Seis personas que habían estado en estrecho contacto con la paloma infectada están también aisladas y bajo observación médica, mientras su sangre se está analizando en busca del virus.

 

Como medida preventiva inmediata, se sacrificaron allí hoy 20 mil  536 pollos, patos, gansos y palomas, mientras las jaulas, cajas y puestos del mercado, así como los excrementos y las aguas residuales presentes en el recinto, han sido desinfectados para evitar posibles contagios a humanos.

 

Los centros médicos que supervisa Wu fueron dotados ayer de compuestos reactivos que les permiten identificar el virus en unas cinco o seis horas de pruebas, mientras en Shanghái continúa el plan de emergencia por el que hospitales, centros educativos y geriátricos deben comprobar cualquier posible caso de H7N9.

 

Por ahora se sabe que el periodo de incubación del virus es de siete días, y que es conveniente tratar a cualquier contagiado con antigripales, aunque por falta de estudio de esta cepa que, hasta hace unos días, no se sabía que pudiera afectar a humanos, aún no existen vacunas para combatirlo.

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) descarta por el momento la posibilidad de una pandemia, ya que por ahora no cree que el H7N9 se transmita entre humanos, sino más bien por contacto con aves o con sus fluidos corporales.

 

En Ginebra, el portavoz de la OMS, Gregory Hartl, explicó en rueda de prensa que las investigaciones siguen intensamente porque aún no se ha identificado cual es la fuente de contagio.

 

Hartl explicó que el contagio puede ser de fuente animal pero también del ambiente donde los animales están, dado que con el virus H1N5 se detectó que el polvo de los mercados donde se vendía pollo estaba infectado con el virus.

 

El portavoz recordó que, originalmente, el H7N9 era un virus que se manifestaba en las aves, pero que las autoridades chinas están investigando otros animales como fuente de contagio.