Aunque la representación de las mujeres en la actual Legislatura es histórica, con 37% de las curules, esta presencia no les alcanzó para ubicarse en las posiciones estratégicas para la toma de decisiones dentro de la Cámara de Diputados.
A casi seis meses de iniciada la LXII Legislatura, cuyo segundo periodo concluye este mismo mes, la diputada del PRD, Martha Lucía Micher, cuenta que el objetivo era encabezar 30% de las comisiones ordinarias, pero falló la organización entre las propias legisladoras.
De las 56 comisiones ordinarias que hay en la Cámara, 12 son presididas por mujeres, la mayoría de éstas enfocadas hacia tema de derechos humanos, mientras que su presencia es reducida en comisiones como la de Hacienda, Presupuesto y Cuenta Pública o la de Gobernación y Puntos Constitucionales.
Asimismo, de los 318 legisladores que han presentado iniciativas sólo 111 han sido mujeres (34%), y de las 28 comisiones especiales, ocho (28%) son presididas por diputadas.
Micher, quien se ha pronunciado por que las mujeres ocupen puestos estratégicos en el Congreso que les permitan participar en la toma de decisiones políticas en el país, asegura que a las diputadas “nos ha faltado alzar la voz para exigir nuestro derecho para estar ahí, porque tenemos capacidades y trayectoria”.
En las pasadas elecciones, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) exigió a los partidos políticos cumplir con una cuota de género donde se estipula que 40% de sus candidaturas debían ser para mujeres.
La decisión arrojó resultados: 32.33% de las diputaciones por mayoría relativa fueron ocupadas por mujeres, mientras que en 2009 alcanzaron por este principio 17.33%, de las cuales ocho renunciaron para ceder su lugar a sus suplentes varones.
A las legisladoras se les conoció como las “juanitas”, en alusión a Rafael Acosta, Juanito, quien tras ganar la jefatura de la Delegación Iztapalapa, pidió licencia para ceder el puesto a la también perredista Clara Brugada.
CAMINO POR RECORRER
Para Micher, presidenta de la comisión de Equidad y Género, resulta increíble que a las mujeres les cueste trabajo avanzar más en materia política. Además de ser todavía superadas en número por los varones en el Congreso, los presidentes de los partidos políticos son todos hombres y tampoco hay una sola gobernadora.
“También falta que haya mayor reconocimiento por parte de los hombres a la capacidad de muchas legisladoras, ya que a muchas mujeres se nos pide trayectoria y otros requisitos para poder presidir una comisión, cuando a los hombres no se les exige nada de eso”, agregó.
De las mujeres que ejercen la política en el país, 70% opina que existe discriminación de género en el desarrollo de las labores parlamentarias, mientras que 64% percibió discriminación de género en el ámbito de la estructura de los partidos políticos, de acuerdo con el estudio “La participación política de las mujeres”, presentado por el Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (CEAMEG) en la legislatura pasada.
FOTO: CUARTOSCURO.
Entre las principales experiencias de discriminación que expusieron las legisladoras entrevistadas de los tres principales partidos políticos, el documento expone que no se toma con seriedad sus propuestas (43%), no se toma con seriedad su trabajo (38%) y que no pueden participar en las reuniones de los grupos de poder del partido (29%).
El presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, el panista Luis Alberto Villarreal, destacó que la participación de la mujer en la vida política del país representa a más de la mitad de la población, esto durante el foro El derecho humano de las mujeres a la participación política, realizado el mes pasado.
Por su parte, la diputada de Nueva Alianza, María Sanjuana Cerda Franco, consideró que la cuota de género debe ser una “cuestión transitoria” para lograr una política en que hombres y mujeres participen por igual, sin necesidad de una obligación jurídica.
“Nos falta exigir más a la propia Cámara. Hoy en día tenemos leyes de igualdad, contra la discriminación, de acceso a una vida libre de violencia, pero tenemos que revisar que se cumplan puntualmente; porque no podemos permitir que se violen con singular alegría”, concluyó Micher.
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