Mientras unos proponen convertir la Estela de Luz en un “Memorial de las Víctimas de la Violencia en México y Estela de Paz”, otros le siguen viendo cara de Tetris, Suavicrema, y todos tenemos claro que detrás de ella, independientemente de que está lejos de simbolizar el Bicentenario, lo único que podemos encontrar es una estela de corrupción que llega hasta la oficina de Felipe Calderón. Como monumento es una estafa, no una estela.
A raíz de la propuesta de Javier Sicilia y otros de cambiar el enfoque del monumento hubo también quienes plantearon ¿por qué las víctimas merecen un monumento marcado por la corrupción?
En la promoción que hizo la comisión organizadora de los festejos del Bicentenario, invitó a un puñado de arquitectos a diseñar un “arco” que pasara por encima del Paseo de la Reforma. Ya el sólo hecho de limitar la convocatoria daba de qué hablar, peor aún que el ganador, César Pérez Becerril, propusiera algo que no es un arco, y bueno, el resto de la historia lo conocemos. Los bloques de cuarzo, la estructura y la cimentación costaron más de mil millones de pesos.
Si uno quiere caminar de la zona de glorietas de Reforma, digamos del Centro a la Diana, se encuentra con un par de camellones muy amplios y bellos. Estos camellones terminan prácticamente en el monumento en cuestión. Si quiere continuar hasta la zona de museos se encuentra con un pequeño problema. ¿Por qué se desdibuja la banqueta hasta desaparecer? Si uno quiere cruzar de un lado a otro de Reforma se encuentra con un par de pasos subterráneos en los que domina la venta de comida corrida. ¿No es un poco contrastante con la sensación de amplitud que nos da el paseo a la altura del Ángel o de Colón?
Detrás de la Estafa de Luz está el paradero del Metro Chapultepec. Un basurero. Un enorme basurero. Toldos de comercio informal, rutas de microbús, miles de pasajeros que hacen conexiones metropolitanas en ese sitio. El proyecto más avanzado para transformar el paradero en una estación intermodal consideraba un par de edificios, uno de ellos con más de 20 pisos, así como dos paraderos. La Suavicrema del Bicentenario es un estorbo para transformar el paradero de Chapultepec porque bloqueó la posibilidad de vincular a la estación desde Reforma de manera directa.
En el Millenium Park de Chicago existe un monumento conformado por dos enormes pantallas enfrentadas. En la animación esas dos pantallas proyectan personas que dialogan. Las pantallas se mojan cuando llueve y de hecho entre ellas hay un espejo de agua. Siempre me he preguntado si en vez de cuarzos no habría sido más económico conformar una pantalla de 100 metros de altura con imágenes más reales que seis bloques de cuarzo por línea.
Con esto lo que quiero decir es que el monumento estorba, no que deba ser transformado. Yo no sé si el cuarzo tenga un mercado atractivo que permita recuperar algo de lo que se gastó en él, o si la estructura de acero se pueda vender por kilo. De lo que estoy seguro es que el monumento no inspira respeto de nadie, que estorba y que no veo ningún sentido transformarlo en un memorial de las víctimas. Justo por esas razones, desmontémoslo.
Será mucho más honroso para las víctimas, y para el orgullo de los 200 años de la Independencia, reconstruir la zona con un enfoque hacia la gente, construirle banquetas al Paseo de la Reforma (hay espacio para ello), crear un paso peatonal que una ambos lados de la avenida, limpiar el paradero de Chapultepec y convertirlo en una cómoda estación intermodal. El memorial de las víctimas puede estar allí mismo, en un sitio relevante que se vincule con el espacio reconstruido.
@GoberRemes