La violencia en las zonas urbanas del país representa un reto adicional para la Cruzada Nacional contra el Hambre. La problemática en las ciudades es más compleja y es aquí donde se deberá afinar la estrategia, admite Rosario Robles, titular de la Sedesol.
En la colonia Simón Bolívar, de Acapulco, una de las dos localidades de Guerrero donde arrancó el programa piloto a mediados de febrero pasado, los brigadistas encargados del levantamiento de datos ya se enfrentaron con “problemas” durante el barrido casa por casa, dice la funcionaria en entrevista con 24 HORAS.
“Tenemos que cambiar muchos esquemas, eso descubrimos en la colonia Simón Bolívar, señala la economista que además cuenta con una Maestría en Desarrollo Rural por la UNAM y ha escrito libros sobre la pobreza en el campo mexicano.
La experiencia de Rosario Robles es vasta. En los años 90, su labor fue determinante para conformar la base social del PRD, partido del cual fue fundadora y al cual renunció en 2004.
La funcionaria regresa a la escena pública para encabezar la Cruzada Nacional contra el Hambre, perfilada como uno de los ejes fundamentales de la política social del nuevo gobierno.
Sin desestimar lo que se ha hecho hasta ahora en materia social, Rosario Robles habla del agotamiento del modelo: tenemos que complementar estas estrategias con una visión de la inclusión productiva como la única salida que nos pude permitir realmente romper el círculo de la pobreza.
En su primera etapa el programa prevé atender a 7.4 millones de mexicanos en 400 municipios zonas rurales y urbanas del país. Pero abatir el problema del hambre es un reto mayor y “seis años no van a ser suficientes”, sostiene Robles.
¿QUÉ HAN ENCONTRADO HASTA AHORA CON LA IMPLEMENTACIÓN DEL PROGRAMA PILOTO EN GUERRERO?
En el municipio rural tenemos bien identificada la lógica para una estrategia integral, pero en el caso del municipio urbano, donde fuimos sólo a una colonia de todas a las que tenemos que cubrir, la problemática es más compleja.
Tenemos que cambiar muchos esquemas, eso descubrimos en la colonia Simón Bolívar –de Guerrero-, porque las zonas urbanas que están consideradas en la Cruzada son todas irregulares, y eso nos impide entrar con servicios porque así lo estipula la ley, a pesar de que haya gente que tenga años viviendo ahí.
¿EL FENÓMENO DE LA VIOLENCIA LES HA CAMBIADO EL ESQUEMA?
Resulta más fácil entrar a la zona rural en muchos aspectos, porque las zonas urbanas pobres son las más violentas, y es ahí donde tenemos que afinar nuestra estrategia, porque vamos a entrar a colonias en Ciudad Juárez, Torreón y Puebla, por ejemplo, que son focos de violencia.
Hemos desarrollado el modelo en sus vertientes, pero nos encontramos con los agravantes de que son terrenos irregulares y con situación de inseguridad, lo que nos impone replantear las acciones de la Cruzada desde una lógica diferente.
¿UNA VEZ QUE SE CONOZCAN LOS RESULTADOS DEL PROGRAMA PILOTO PODRÍA YA HABER UNA PRIMERA EVALUACIÓN?
Aunque la ley establece que la evaluación de la pobreza es cada dos años, queremos tener una medición anual en la Cruzada, no sólo para mostrar a la sociedad cómo hemos avanzado, sino para corregir el camino si eventualmente hay algún error o situación que no esté dando los resultados esperados.
Estamos planeando hacer evaluaciones cada año, pero tenemos que ponernos de acuerdo con el Coneval e INEGI en los plazos que ellos digan, además tenemos que buscar la manera de meter esta evaluación en el presupuesto, ya que se trata de un proceso costoso y que no está contemplado en los gastos federales para que sea anual, sin embargo vale mucho la pena porque se trata de rendición de cuentas y transparencia.
¿SOBRE LOS PROGRAMAS SOCIALES EN OPERACIÓN, RETIRARÁN AQUELLOS QUE NO FUNCIONEN?
Así es. Ésta es una de las recomendaciones más importantes de Coneval que estamos siguiendo. Primero con una coordinación a nivel federal, porque hay una gran dispersión de programas, por eso los alineamos y encaminamos hacia la cruzada. Luego nos iremos a nivel municipio para que no nos dupliquemos.
Hay lugares, por ejemplo, en los que un adulto mayor recibe apoyo federal, estatal y municipal, y en ese mismo sitio hay otro adulto que no recibe ninguno. Por eso uno de los grandes objetivos es el Padrón Único de Beneficiarios, que es uno de los compromisos en los Acuerdos Integrales para el Desarrollo Social Incluyente; acuerdos que estamos firmando con los gobiernos estatales para que con aquellos que tengan apoyos duplicados se resuelva el problema y los que estén excluidos de los programas sean incorporados.
¿HA HABIDO UN DESPILFARRO DE RECURSOS?
Coneval dio a conocer que hay un incremento de la pobreza, lo que nos deja ver que no es suficiente lo que se ha hecho; no basta que se le dé a los pobres una transferencia monetaria porque esas familias siguen viviendo en la pobreza extrema, por eso decimos que tenemos que pasar a una nueva etapa.
No desestimamos lo que se ha hecho, es una base, pero ya se llegó a un agotamiento de este modelo y tenemos que complementar estas estrategias con una visión de la inclusión productiva como la única salida que nos pude permitir realmente romper el círculo de la pobreza.
¿CÓMO ROMPER CON EL ASISTENCIALISMO?
Una parte muy importante en la Cruzada es la vertiente productiva. Por ejemplo, en Mártir de Cuilapan –en Guerrero- nos dimos cuenta de que hay una vocación productiva: las mujeres tejen la palma y los hombres producen mezcal. Entramos con el Fonart (Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías) a apoyar a estas mujeres artesanas para que tengan un esquema más amplio de lo que debe de ser un proyecto productivo que les reporte ingresos, y con los productores de mezcal estamos entrando con planes para que puedan tener una visión de negocio y que sean mucho más productivos y competitivos en el mercado.
En Mártir de Cuilapan la mayoría de la población tiene Oportunidades, y sin embargo viven en pobreza extrema y con carencia alimentaria. Esto nos indica que no basta con que demos una transferencia monetaria, que a lo mejor contiene pero no resuelve el problema.
Tenemos que implementar una nueva generación de políticas sociales que nos permitan realmente trascender, pero que tienen que ir de la mano del crecimiento económico, de que haya mayor generación de empleos y mejor distribución de la riqueza.
¿Y ESTOS PROGRAMAS SOCIALES ESTARÁN POR SIEMPRE EN LAS COMUNIDADES?
Evidentemente que si un programa como el de vivienda se concluye se levantará la bandera blanca y nos iremos a otras comunidades, pero estamos hablando de retos muy grandes. Seis años para trabajar esto no van a ser suficientes, pero tenemos objetivos muy claros y en la medida que los logremos iremos incorporando nuevos municipios a la cruzada.
¿LA CRUZADA TIENE LAS CARACTERÍSTICAS PARA CONVERTIRSE EN UN PROGRAMA TRANSEXENAL?
Ojalá. Espero que logremos acreditar que ésta debe ser una preocupación permanente y una estrategia de largo alcance, en un plazo que vaya más allá de estos seis años de gobierno.