WASHINGTON. Estados Unidos se convirtió hoy en escenario de una guerra de cifras sobre el impacto económico de una reforma migratoria, entre conservadores que la consideran onerosa y sus partidarios que proyectan una bonanza.
Un polémico reporte de la conservadora Fundación Heritage, elaborado en 2006, resurgió a la luz pública en víspera de una movilización en que se espera reunir a decenas de miles de personas frente al Capitolio, en demanda de lo que sería la primera reforma de migración desde 1986.
Heritage, que ahora es dirigida por el ex senador republicano de Carolina del Sur, Jim Demint, estimó que el costo fiscal de una reforma ascendería a 2.6 millones de millones de dólares.
En contraste, un estudio del Foro Americano de Acción (ACF) estimó que una reforma migratoria integral aumentaría el Producto Interno Bruto de Estados Unidos de 3.0 a 3.9%.
El ACF proyectó además un impacto positivo en la reducción del déficit federal en 2.7 millones de millones de dólares en 10 años después de su entrada en vigor, y un aumento de los ingresos per cápita de mil 700 dólares por persona.
Las divergentes estimaciones detonaron reacciones encontradas de los partidarios y opositores de la reforma migratoria.
El Centro de Política Migratoria (MPC) sostuvo que el reporte de Heritage está basado en “premisas erróneas”, como el hecho de que anticipa la llegada de decenas de millones de nuevos inmigrantes a los Estados Unidos.
Asimismo, señaló que Heritage considera que los inmigrantes y sus hijos serán incapaces de tener movilidad social y se mantendrán estancados al mismo nivel que el día que fueron legalizados.
En este marco, el presidente Barack Obama sostendrá una cena privada con una docena de legisladores republicanos para analizar temas pendientes de la agenda legislativa, incluida la reforma migratoria, así como el presupuesto.