El Gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, ha enfrentado problemas graves de inseguridad y gobernabilidad. La cultura política, corrupción y falta de atención al rezago en la pobreza es la causa que existan grupos de presión que estén retando al Estado y que hoy en día tengan secuestrada a la ciudadanía y empresarios.
Los maestros del CETEG, al igual que diversos grupos y movimientos sociales, están acostumbrados a vivir del presupuesto estatal, su manera de negociar recursos y vivir del presupuesto es a través de bloqueos, plantones y huelgas. Su poder radica en movilizar grupos de personas en las elecciones o amagar a autoridades, dependiendo de la cantidad de presupuesto recibido. Ellos, a su vez, reparten los recursos obtenidos entre sus seguidores más fieles. Esta ha sido la manera de crear coaliciones de poder en el Estado. La CETEG y los vendedores ambulantes en Acapulco secuestran plazas o el espacio público para tener una utilidad económica, en este sentido su actuación es similar al del crimen organizado.
La corrupción y falta de atención al rezago y a la pobreza dejó la puerta libre al crimen organizado y a la guerrilla en el estado. Estas dos organizaciones aprendieron a convivir mediante acuerdos comerciales, en donde la guerrilla aportaba el terreno y mano de obra para la siembra de amapola y mariguana y el crimen organizado pagaba un uso de suelo con armas y en efectivo. Esta alianza comercial dio nacimiento a los grupos de autodefensa, que son una amenaza latente a la gobernabilidad.
Poco a poco, el Gobernador Ángel Aguirre ha perdido el estado a grupos de autodefensa, policías municipales corruptos y grupos de interés que inhiben la creación de empleos y afectan el turismo. La receta calderonista, que consistía en culpar a los gobiernos estatales, nunca resolvió los problemas, ya que las acusaciones entre gobiernos solamente crisparon el ambiente político.
Hoy tenemos un panorama muy distinto, la federación está apoyando a los gobiernos estatales y cumpliendo con su parte de responsabilidad en el tema. No hay que olvidar que temas como el narcotráfico y la subversión son responsabilidades federales. El manejo de la crisis con la CETEG y las autodefensas no fue el correcto, pero seguir culpando al gobernador no va a resolver el problema de educación y seguridad en Guerrero.
La cooperación entre autoridades y niveles de gobierno es la única vía que existe para resolver problemas y el desalojo de la CETEG en la carretera federal es un ejemplo. El operativo se realizó en plena coordinación y con canales de información abiertos entre las autoridades, un hecho que fue posible por el cambio de actitud de la federación hacia los estados y una mejor organización del gabinete de seguridad, ambas cosas no existían en el pasado.
El nivel educativo en Guerrero va a tener que ser resuelto por la administración estatal, pero compete a la federación dar las herramientas y el marco de gobernabilidad para que se den las condiciones de cambio. Si los guerrerenses, ven que las autoridades no entregan los resultados esperados, en las próximas elecciones habrá un cambio de partido.
Otro ejemplo de los frutos de una mejor coordinación es la desarticulación de un atentado contra la familia Monreal. Sean cuales sean las causas de este intento de atentado, el Estado Mexicano actuó de manera coordinada y se evitó que las victimas sufrieran un daño. El manejo de los casos judiciales por parte de la PGR, a cargo del procurador Jesús Murillo Karam, ha sido una mejora sustancial de sus antecesores y vemos como se privilegia la investigación a las declaraciones sensacionalistas. Un evento similar en la pasada administración hubiera terminado en una condena pública hacía la víctima por tener relaciones con el crimen organizado. El senador David Monreal, en este caso, iba a ser blanco de un atentado y como cualquier ciudadano merece y debe ser protegido por el Estado. Las investigaciones llegarán a conclusiones y ahí saldrán a la luz las causas, pero eso será otra historia. Hoy, la coordinación, y no el protagonismo, permitió que se salvara una vida.