PHOENIX. Karina Galicia cambiaba de tema cuando sus amigos hablaban de los inmigrantes sin papeles. Vivía asustada, pensando que sería arrestada si alguien se enteraba de que estaba en el país ilegalmente.

 

Luego de años viviendo escondida, decidió que contar su historia era importante. Comenzó a asistir a actos sobre una reforma a las leyes de inmigración, a usar camisetas con consignas pidiendo más derechos para los inmigrantes sin papeles y superó el temor de ser deportada.

 

“Llega un momento en que dices ‘ya basta’. Si no te expones, nada va a cambiar”, comentó Galicia, quien tiene 23 años y fue traída a Phoenix desde México a los siete años.

 

En todo el país, estudiantes, padres y trabajadores que alguna vez temieron revelar su condición de inmigrantes sin papeles están contando sus historias, asistiendo a actos, realizando manifestaciones pacíficas y presionando a legisladores estatales y nacionales para que les den más derechos.

 

La creciente influencia política de los hispanos, evidenciada en las elecciones presidenciales del año pasado, le ha dado ímpetu al movimiento.

 

“Son gente que se formó en el sistema educativo de Estados Unidos y que está haciendo lo que les enseñaron en la escuela: reclamar sus derechos”, comentó Kevin Johnson, profesor de Derechos Civiles de la Universidad de California, con sede en Davis.

 

Los sectores que se oponen a la reforma dicen que si se le concede derechos a los inmigrantes que viven en el país ilegalmente se alentarán nuevas olas de inmigración ilegal y se agravarán los problemas de gobiernos y municipios que deben ofrecer beneficios sociales a personas de bajos recursos y escasa educación, aumentando al mismo tiempo la competencia por empleos en una economía todavía en plan de recuperación.

 

El movimiento a favor de los derechos de los inmigrantes sin papeles mostrará su fuerza mañana en marchas en todo el país, incluida una en Washington.

 

Gaby Pacheco, inmigrante ecuatoriana de 28 años que fue traída al país de niña, dijo que el movimiento se ha hecho más estructurado a medida que los activistas comenzaron a coordinar sus acciones y recibir asesoramiento de veteranos de las luchas por los derechos civiles de la era de César Chávez y las movilizaciones en defensa de los derechos de los trabajadores agrícolas.

 

Pacheco dijo que ella y otras organizaciones han instado a los inmigrantes a expresar su lealtad hacia Estados Unidos en lugar de enarbolar banderas de México y otras naciones en las marchas por sus derechos.

 

“Tuvimos que luchar para que nos bajaran de esas sillas altas para niñitos, en las que nos daban comida en la boca, y ahora les decimos que queremos sentarnos en la mesa con ellos”, dijo Pacheco, quien se ha reunido con los senadores Harry Reid, demócrata, y Marco Rubio, republicano, para impulsar una reforma.

 

En el 2010 se fundó la Alianza Nacional Juvenil de Inmigrantes, con miembros de ocho estados. Hoy tiene organizadores en casi todos los estados y sucursales en más de 20. Realizaron huelgas de hambre en Arizona, ceremonias de graduación para estudiantes que viven en el país ilegalmente en San Francisco y marchas desde Nueva York hasta Washington. El año pasado, siete jóvenes se hicieron arrestar en Miami para poder describir los procesos de deportación.

 

“Antes había poca gente dispuesta a dar la cara. Ahora ves gente en Twitter con el nombre de usurario ‘soy indocumentado”’, comentó Sonia Guinansaca, organizadora de la alianza, que fue traída de Ecuador a Nueva York cuando tenía cinco años. “Es un espacio seguro, donde la gente puede involucrarse”.

 

EU quiere premiar a notables

 

WASHINGTON. Los senadores que están dando forma a una iniciativa de ley integral de inmigración están defendiendo planes de aumentar las visas para trabajadores capacitados en alta tecnología, dijeron asistentes del Senado y directivos del sector, pero hay quejas de que se corre el riesgo de sancionar a todas las compañías por causa de aquellas que abusan y capacitan a trabajadores en Estados Unidos sólo para enviarlos a India y otros países.

 

El senador demócrata Dick Durbin, quien encabeza los esfuerzos para tomar medidas duras contra empresas que realizan subcontratación, también está promoviendo que haya mejores salarios para los trabajadores traídos a Estados Unidos con visas H-1B, que se otorgan de manera específica a extranjeros cualificados, afirmaron asistentes y directivos.

 

Directivos de la industria de alta tecnología dicen que los esfuerzos de Durbin corren el riesgo de castigar a empresas no involucradas en los abusos y que varios legisladores, entre quienes se encuentra el senador republicano Marco Rubio, están tomando la postura contraria.

 

Los senadores esperan completar su proyecto de legislación esta semana, aunque parece ser más probable que ocurra la semana próxima. La cuestión de la visa para empleo en alta tecnología surgió como uno de los pocos asuntos aún por resolver.

 

En el centro del debate está la enorme demanda de visas H-1B por parte de compañías como Microsoft, Apple y Google, las cuales son limitadas actualmente a 65 mil anuales, independientemente de otras 20 mil que son reservadas para trabajadores extranjeros que han obtenido un título superior de una universidad estadunidense.

 

Enfrentados con tal demanda, los senadores han contemplado aumentar el límite a aproximadamente 100 mil, con posibilidad de subir hasta 150 mil, informaron asistentes y directivos, quienes pidieron no ser identificados por nombre debido a que las negociaciones prosiguen y a que las cifras siguen cambiando y no se ha tomado una decisión. AP