El debate sobre la legalización de la producción, comercialización y consumo de la marihuana en México revivió luego de que la bancada del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Senado anunciara que presentará una iniciativa sobre el tema.

 

El presidente de la Comisión del Distrito Federal, Mario Delgado Carrillo, anunció que en mayo comenzará el análisis formal de la posible legalización del consumo de la marihuana.

 

Ese análisis, añadió, será a partir de la instalación de mesas de trabajo en donde participen legisladores, expertos en el tema como médicos y abogados, especialistas internacionales, así como los propios consumidores.

 

Destacó la necesidad de iniciar este debate al interior del Senado, una vez que la legalización en entidades de Estados Unidos ha roto paradigmas sobre el tema, pero sobre todo como una vía para disminuir la violencia en el país.

 

“Los jóvenes están poniendo los muertos en esta guerra contra la delincuencia organizada, pues dos terceras partes, es decir, dos de cada tres víctimas, son jóvenes”, resaltó.

 

Lo anterior, en reunión con el colectivo de consumidores denominado Marihuana Liberación, Coordinadora de Artistas y Organizaciones, acción que fue calificada como histórica por los participantes.

 

“Es la primera vez que una institución como el Senado abre sus puertas para escuchar los planteamientos de los consumidores”, resaltaron.

 

A su vez, Delgado Carrillo aseveró que la penalización de la marihuana se inscribe dentro de las enormes utilidades que percibe el narcotráfico, con un costo social altísimo por el número de víctimas en el combate a la delincuencia.

 

Ante esto, dijo, es necesario “poner en la balanza de la despenalización los alcances que esta tendría para disminuir la violencia y poder controlar el número de personas que son consumidores”.

 

En este análisis será necesario incorporar el enfoque de educación para la salud, es decir, explicar a la población cuáles son los daños que puede provocar el consumo de la mariguana, a fin de que al alcanzar la etapa adulta y en plena libertad decidan si la consumirán o no, e incluso en qué medida.

 

Consideró que a partir de la despenalización de la marihuana en tres entidades de Estados Unidos, es posible iniciar en México el debate formal sobre su despenalización y emprender la reforma conducente.

 

“Muchos mitos se rompieron ya, pero me parece que lo que ocurrió en Estados Unidos cambia toda la dinámica, cambia los términos del debate, o sea, ya es un tema en el que podemos entrar sin menos miedo y analizar las consecuencias que tendría en nuestro país”.

 

Recordó que incluso el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, 15 días antes de que concluyera su gestión, planteó ante la Organización de Estados Americanos (OEA) la posibilidad de que se estudie qué impacto tendría la despenalización de la marihuana en México.

 

En el encuentro, los integrantes del referido colectivo, Danahe Blody, Diego de Santiago Lázaro y Alejandro Esquivel, destacaron la necesidad de establecer una reforma que despenalice el consumo de la marihuana.

 

Actualmente, dijeron, quienes la utilizan son tratados por las corporaciones policiacas como criminales pues son catalogados como narcotraficantes, lo cual “no tiene justificación”, pues consideraron que se trata de un tipo de acoso a los jóvenes a quienes se les pide para su liberación hasta 10 mil pesos.

 

Sobre el tema, opinaron la médico cirujano y homeópata del IPN, Fabiola Gallegos, y el ingeniero bioquímico Alejandro Esquivel, quienes coincidieron en que de legalizarse la mariguana, ésta tendría un efectivo uso en la medicina para la elaboración de fármacos útiles en la reducción del dolor e incluso en el tratamiento de enfermedades mentales como depresión.

 

Destacaron que esto se aplica ya en el país con otro tipo de sustancias catalogadas también como drogas, como es el opio, el cual aplican médicos alópatas a través de diversos medicamentos.

 

Alejandro Esquivel dijo que incluso se abriría la posibilidad de dar un uso industrial a la mariguana, ya sea como combustible bioquímico, o en la elaboración de telas, para lo cual -destacó- es de mayor resistencia que el algodón.