CARACAS. El abogado Henrique Capriles, gobernador del céntrico estado de Miranda, vuelve a ser la cara electoral de la oposición venezolana con un discurso alejado de los extremismos para tratar de movilizar por segunda vez el descontento tras 14 años de chavismo.

 

Con apenas 40 años, Capriles acumula una larga carrera política que le ha llevado a ser elegido dos veces gobernador de Miranda, presidente de la Cámara de Diputados y alcalde, lo que le ha convertido en el candidato opositor con mayor número de victorias en las urnas, aunque no pudo vencer a Hugo Chávez.

 

Descendiente de judíos del gueto de Varsovia y biznieto de víctimas del campo de exterminio de Treblinka, Capriles se declara católico practicante y mantiene un discurso en el que trata de alejarse de los radicales de la oposición y del oficialismo chavista.

 

Nunca tuvo problema en reconocer la necesidad de mantener los programas sociales de Chávez, además de subrayar la necesidad de ir al grano, asegurando que él, a diferencia del fallecido presidente venezolano, no iba a estar hablando durante horas en la televisión.

 

Ahora está dispuesto a “luchar” ante el candidato chavista y presidente encargado, Nicolás Maduro, a quien ha acusado de mentir y de usar el dolor de los seguidores de Chávez para lograr rédito político.

 

Capriles pertenece a la clase alta caraqueña. Por lado paterno forma parte de una familia de dueños de medios de comunicación y empresas inmobiliarias, entre otros intereses, y por la parte materna sus parientes poseen un importante complejo de salas de cine.

 

Aunque sus apellidos están asociados al poder empresarial, ha procurado desvincularse de una imagen elitista o poderosa para captar simpatías entre las clases más desposeídas.

 

Es gobernador de Miranda, estado que abarca parte de Caracas y es uno de los más importantes de Venezuela, cargo en el que fue relegido en diciembre pasado tras vencer a Elías Jaua, delfín de Chávez.

 

Es militante del partido Primero Justicia prácticamente desde su fundación, y se ha mantenido en esta organización política, que se ha erigido como una de las principales de la oposición desde el año 2000.

 

Durante la campaña, Capriles ha recorrido el país de punta a punta con un discurso en el que no escatimó en críticas al gobierno por la inseguridad, la falta de productividad en el país, problemas de educación y la corrupción.

 

Seis meses después de ser derrotado por Chávez por el menor margen con que el cayeron todos sus contrincantes desde 1999 (7.96 millones de votos -55.5%- frente a 6.42 millones -44.39%), Capriles vuelve a colocarse al frente de las esperanzas opositoras para poner fin a 14 años de chavismo.