¿Zurdo o diestro? todos sabemos qué extremidad nos “obedece mejor”. Sin embargo, el organismo presenta otra serie de asimetrías un poco menos conocidas.

 

Los expertos concuerdan que es más o menos a los tres años de edad es cuando nuestro cerebro elige con qué lado ejecutar. Con qué mano se toma un lápiz o con qué pierna se patea una pelota. Su acción queda reflejada en el hecho de que uno de estos costados prevalece sobre el otro a la hora de realizar la mayoría de actividades en las que se precisan mayores dosis de fuerza o habilidad.

 

El término que las engloba esta “preferencia” recibe el nombre de lateralidad y no es otra cosa que la preponderancia que manifiestan los seres humanos por un lado de su propio cuerpo. Aunque esta no siempre es la misma entre las extremidades y otras partes del cuerpo.

 

Así, un individuo no siempre es diestro o zurdo en su totalidad. La gran generalidad es que manos y piernas sean concordantes, ya sea zurdos o diestros. No así ojos u oídos.

 

¿Cómo saber si eres zurdo o diestro de ojos?

 

1. Fija un punto u objeto para observar

 

2. Aléjate de tres a cuatro metros

 

3. Colócate en una postura relajada y ten la vista bien despejada.

 

4. Centra la mirada en el punto u objeto concreto situado a tres o cuatro metro de distancia.

 

5. Extiende un brazo (no importa cual) y con el dedo índice señala el punto previamente marcado del objeto.

 

6. Con los ojos abiertos y el dedo apuntando al objetivo fijado por la vista, es el momento de saber cual de los dos “manda” en el cerebro.

 

7. Primero guiña un ojo y después haz lo mismo con el otro.

 

En una de las dos acciones comprobarás que sin mover el brazo, el dedo ya no señala lo mismo que antes debido a que el campo visual se ha desplazado. Sin embargo, con el otro (ojo dominante) mantendrán la misma visión que sin cerrar ninguno.

 

El resultado puede ser que arroje a una persona totalmente zurda o totalmente diestra, o zurdo de extremidades pero diestra de mirada o viceversa. Sin embargo, tal como a la hora de escribir, será muy difícil que tu ojo dominante cambie.