Muchas personas acuden a las agencias proveedoras de servicios de seguridad privada en busca de un empleo ante el panorama económicamente desolador del país, sin sospechar que podrían convertirse en trabajadores “piratas”.
En México operan cerca de 6, 500 empresas, de las cuales, el 70% trabaja en la “clandestinidad e ilegalidad”, reveló el Consejo Nacional de Seguridad Privada (CNSP).
El organismo que agrupa a empresas en el rubro que cuentan con un estándar de requisitos en materia de legalidad y capacitación para su operación, reporta que de las firmas existentes, únicamente 880 cuentan con registro para operar ante la Secretaría de Gobernación (Segob) y 1,120 más tienen permisos de gobiernos estatales.
Los procesos necesarios para legalizar, capacitar y certificar a una empresa constituyen la causa primordial del desarrollo de lugares clandestinos que incurren en faltas que pueden significar graves consecuencias tanto para sus clientes como para sus trabajadores.
Si bien, de fachada todo parece bien, son empleos creados por empresas legalmente conformadas, cono una sede y quizás hasta prestaciones de seguridad social, las llamadas empresas “patito” con lo que no cuentan es con permisos para portación de armas.
Y, en numerosos casos, las entregan a su personal sin que ellos tengan conocimiento de esto y mucho menos informarles que incurren en un delito que conlleva sanciones y consecuencias.
Acudir a empresas apócrifas en busca de un empleo es una situación recurrente en zonas marginales de las grandes urbes del país, ya que ofrecen facilidades de contratación y reclutamiento prácticamente indiscriminado para completar su plantilla de operación.
Se valen de la alta tasa de desempleo a nivel nacional y la necesidad de miles, señala el CNSP.
Verificar capacitación y certificación
Al momento de escoger un servicio privado de seguridad es necesario dar el visto bueno a muchas cosas más que únicamente al precio.
Ya la empresas se encuentran agremiadas en grupos que las obligan a mantener ciertos cánones de calidad. Ello ayuda al cliente a diferenciar con facilidad relativa entre un establecimiento certificado y uno apócrifo.
Es importante revisar que una firma realice exámenes de confianza a sus empleados.
Así como, que cuente también con la documentación necesaria para operar dentro del marco legal, entre ellos, los permisos que expide la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para portación y uso de armamento.
Actualmente existen certificados como la norma ISO 9000, ante la que pueden certificarse, la que sin ser determinante es un referente de confiabilidad para sus clientes.