El virus de la gripe aviar H7N9 continúa extendiéndose en China, con nueve casos más en el oriente del país, con lo que aumentó a 60 el número de personas infectadas, de las cuales 13 han muerto, informaron hoy autoridades sanitarias.
La Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar de China confirmó cuatro nuevos casos en la provincia de Zhejiang, dos en Jiangsu y tres en la ciudad de Shanghai, todas en el oriente del país.
En total, 60 personas han sido infectadas y 13 han muerto por la enfermedad desde que las autoridades chinas anunciaron hace dos semanas que habían encontrado H7N9 en humanos por primera vez, según la agencia china de noticias Xinhua.
Hasta el sábado la nueva cepa de la gripe aviar se había limitado a Shanghai y las provincias de Zhejiang, Jiangsu y Anhu, pero el sábado se reportó el primer caso en Pekín y esta mañana los primeros casos en la central provincia de Henan, con lo que sumaban 51 los infectados.
Un total de 19 personas que han permanecido en contacto con los dos infectados en Henan no han experimentado síntomas de gripe aviar -fiebre, tos, vómitos y dolores de cabeza-, señaló Xinhua.
La Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar aseguró que entre las personas que han estado en contacto directo con los contagiados no se ha detectado ningún síntoma anormal ni que indique la menor “relación epidémica” entre todos ellos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también ha descartado la posibilidad de una “epidemia”, ya que, de momento, no se ha confirmado que el virus se transmita entre humanos.
Los investigadores intentan encontrar la fuente de contagio en medio de la preocupación de que desemboque en una pandemia mortal similar a la del Síndrome Respiratorio Severo Agudo (SARS) de 2003, que mató a uno de cada 10 de los ocho mil infectados en todo el mundo.
Para evitar una repetición del pánico de 2003, las autoridades de China prometieron total transparencia sobre el tema y han adoptado una serie de medidas de prevención, entre ellas el sacrificio masivo de aves.