EL CAIRO. Un tribunal ordenó hoy la puesta en libertad provisional del ex presidente egipcio Hosni Mubarak, en la causa que se sigue contra él por la muerte de manifestantes, aunque continuará detenido por otros casos de corrupción, informaron fuentes judiciales.
El abogado de la acusación, Fathi Abulhasan, explicó que la orden del juez que decretó su libertad provisional se refiere sólo a su proceso por la muerte de manifestantes, ya que se han cumplido dos años desde su detención, el tiempo máximo estipulado por la ley para prorrogar una prisión preventiva.
El Tribunal de Apelación de El Cairo, presidido por el magistrado Mohamed Reda Shaukat, atendió la demanda presentada por los abogados de Mubarak, que pidieron su liberación al entender que ya había expirado la medida cautelar ordenada contra el expresidente.
Sin embargo, como aclaró Abulhasan, hace sólo ocho días la Fiscalía General emitió una nueva orden de prisión preventiva por un nuevo caso de corrupción, en el que está acusado junto a su mujer y sus dos hijos de apropiarse de manera ilícita de fondos públicos reservados para los gastos del palacio presidencial.
“Los abogados de Mubarak están intentado conseguir su puesta en libertad para que abandone el país, pero creemos que la Fiscalía no lo permitirá, ya que no asumirá ante el pueblo la responsabilidad de dejarlo libre y que pueda salir del país”, señaló el abogado de la acusación.
Por otro lado, decenas de partidarios del expresidente se reunieron en los alrededores de la Academia de Policía (donde se celebró la vista por cuestiones de seguridad), para corear frases como “Lo sentimos, presidente” o “Mubarak está en nuestro corazón”.
Hosni Mubarak, que gobernó Egipto durante tres décadas hasta la revolución de 2011, fue trasladado esta mañana a la academia entre fuertes medidas de seguridad. A finales de diciembre, ingresó por motivos de salud en el Hospital Militar de Maadi, aunque la Fiscalía ha pedido un informe sobre su estado para estudiar la posibilidad de devolverlo a la cárcel.
Mubarak está siendo juzgado de nuevo desde el pasado sábado por la muerte de manifestantes durante la revolución, después de que en enero un tribunal anulase la sentencia a cadena perpetua que pesaba contra él.