El elevador se detiene en el piso 10 de un edificio de Polanco donde Luis Carlos Ugalde tiene su departamento. Abiertas las puertas aparece el ex consejero presidente del IFE con la camisa desfajada, ya sin sus clásicos lentes de medio armazón negros y con el pelo teñido de canas. “Hay que modificar las reglas para la elección de consejeros. Las que hay no generan certeza ni confianza. Cada quien las usa a conveniencia”, dirá a media charla y siete años después de la elección presidencial más competida en la historia moderna de México.

 

Los relevos en el IFE han entrado en una lógica en la que ni los representantes de los partidos desmienten que, con los cambios, se da el reparto de cuotas políticas. Y la conversación con Ugalde ocurre en medio de la pasarela de aspirantes, así como de la disputa de los grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados para designar al sucesor del consejero Sergio García Ramírez, quien renunció después de que su voto impidió multar al PRI por reparto de tarjetas del súper con crédito a cambio de sufragar por Peña Nieto.

 

COMO PRESIDENTE DEL INSTITUTO, USTED DENUNCIÓ PRESIONES, DESDE EL NIÑO VERDE HASTA LA PRESIDENCIA. ¿AHORA CÓMO VE AL IFE?

 

El motor de un helicóptero que sobrevuela rasante interrumpe la conversación, pero a Ugalde no se le va la respuesta:

 

El IFE hace su trabajo lo mejor que puede. Pero las presiones que ejercen algunos partidos políticos siguen existiendo. Yo las viví y lo he publicado. Es probable que estas presiones sobre la autoridad electoral se hayan incrementado en los últimos años. Y eso es un hecho.

 

¿POR QUÉ LO DICE?

 

 

Porque en 2007 se hicieron algunos cambios a la ley electoral que limitaron muchas facultades de la autoridad electoral. Por ejemplo: prohibieron que las elecciones fueran anulables por el tribunal electoral, quitaron la facultad de fiscalización de una comisión integrada por consejeros y crearon una fiscalización independiente.

 

¿PERDIERON PODER LOS CONSEJEROS? 

 

 

Los consejeros ya no tienen vela en el entierro. Sienten que ya no tienen peso en las decisiones de qué se multa y qué no. Lo que te quiero decir con esto es que ha habido un intento de algunos partidos de ir acotando las facultades de la autoridad.

 

¿HAY QUE PROTEGER AL IFE DE LA PARTIDOCRACIA?

 

A los partidos no les gusta ser regulados, no les gusta dar cuentas, no les gusta transparentar sus gastos, es la lógica. De tal forma que los partidos, lo que han venido haciendo con la legislación es acotar las facultades que las autoridades electorales venían desarrollando.

 

¿DESDE CUÁNDO VE ESA MANIPULACIÓN?

 

Mi lógica de interpretación es que al menos desde 2003 ha habido intento de venir acotando las facultades del IFE y por lo tanto es probable que la presión sobre la autoridad sea mayor de lo que era antes. Simplemente porque hay mayor competitividad y mayor dinero en juego. Y simplemente porque los partidos se dieron cuentan que pueden presionar y amenazar al Instituto y llegar al extremo de renovar al Consejo General.

 

Ugalde rindió protesta cuando tenía 37 años como consejero presidente del IFE y según la Constitución se desempeñaría en el cargo hasta 2010, pero el complicado escenario de julio de 2006 y la reacción iracunda del candidato derrotado López Obrador, quien fue secundado por todos los partidos, lo sacaron mucho antes de que cumpliera su ciclo.

 

¿LOS CONSEJEROS ESTÁN DEBILITADOS?

 

Ahí sí no voy a llegar a ese extremo. Creo que el intento de cooptación y presión de los partidos ha venido creciendo en los últimos años, pero también creo que hay consejeros que resisten esa presión, aunque no todos. Siempre es así.

 

¿LAS REGLAS PARA ELEGIR A LOS CONSEJEROS GARANTIZAN LA AUTONOMÍA?

 

Hay que cambiarlas. Las que hay no dan certeza ni confianza.

 

LOS PARTIDOS…

 

Y te doy otro ejemplo: El PRD se ha quejado desde hace muchos años de que el PAN y el PRI designan consejeros por cuotas, pero ve la forma en que el PRD elige a los consejeros electorales del DF. No sólo se da por cuotas de partido sino por cuotas de tribu de partidos. Tiene una lógica clientelista aunque luego en el Congreso federal se queje de otra cosa.

 

¿QUÉ SE DEBE HACER PARA RESCATAR AL IFE?

 

Hay que cambiar las reglas para que apegado a la legalidad se elijan los consejeros. Lo que no puedes pedirle a un partido es que actúe con buena voluntad, lo que se debe hacer es pedirle que actúe con legalidad.

 

CON SU EXPERIENCIA ¿CUÁL ES EL MÉTODO QUE LE CONVIENE A LA DEMOCRACIA?

 

Veo difícil un sistema en el cual no sean los partidos los que elijan. Me parece un tanto demagógico pensar que la sociedad civil va a votar por los consejeros, la gente ni está interesada ni tiene la información para hacerlo  y, dos, me parecería riesgoso pensar que un grupo de notables va a elegirlos porque ahí existe también la lógica política de las cuotas.

 

¿CÓMO LIMITAR EL “CUOTISMO”, ENTONCES?

 

Creo que deben seguir siendo los partidos desde la Cámara de Diputados  introduciendo mecanismos que lo limite. Por ejemplo: dividir el proceso en dos fases. A) de preselección mediante un sistema proporcional para  elegir a los finalistas  y B) donde por sorteo elegir a los consejeros de esa preselección que hicieron los partidos. Entonces, combinas el papel de los partidos y el azar. Ese podría ser un método virtuoso.

 

EL AÑO PASADO LA ELECCIÓN DE TRES CONSEJEROS TARDO MÁS DE UN AÑO, LOS IMPLICADOS HAN DICHO QUE ES INCONVENIENTE HACER LOS REVELOS EN PAQUETE, DE TRES EN TRES.

 

¡Por supuesto! Si se eligiera uno al año tendrías que ponerte de acuerdo en una persona. No puedes partir a un individuo en tres o más pedazos. No tengo duda que es una buena idea, pero también toma en cuenta que hay “cuotismo” cruzado. Eso significa que se negocia la designación del IFE con la de la Judicatura o IFAI. Pero de uno en uno podría ser más saludable.

 

Luis Carlos Ugalde, quien vivió en el IFE una de las experiencias más intensas de su vida, también habla del Congreso mexicano y dice que se trata de uno de los más costosos y opacos del mundo. “Hay una doble moral política, por un lado el Congreso exige cuentas al Poder Ejecutivo, pero por otro lado no es exigente con sus estándares propios. Eso distorsiona todo el sistema de rendición de cuentas en el país”.