Juan Carlos García viajaba con su hijo pequeño que no estaba sujeto con el cinturón de seguridad en el asiento trasero hacia Querétaro. Como un día cualquiera, el manejaba un compacto deportivo a 190 kilómetros por hora. Repentinamente en una recta, la llanta delantera derecha se reventó.

 

Al instante de escuchar el ruido de la explosión, Juan Carlos sintió que su volante se iba hacia la derecha. Por instinto, presionó a fondo el freno haciendo que el coche comenzar a dar trompos sin rumbo fijo hasta que el coche salió hacia el camellón y se detuvo con el poste de un anuncio espectacular. Ambos perdieron la vida.

 

La razón por la cual la llanta de Juan Carlos se reventó fue porque tenía chipotes a los cuales no se les había prestado atención. Sumado a esto, la falta de pericia para pisar el freno de manera intermitente hasta detener el coche fueron los factores por los que estas dos personas murieron.

 

Las llantas se componen de cuatro elementos hechos de diversos compuestos con base en el petróleo que nos mantienen adheridos al pavimento cuando vamos manejando. No llevarlos en la presión correcta o no cambiarlos cuando presentan este tipo de falla, pueden desencadenar una serie de desafortunados eventos que pueden costarnos la vida.

 

Para corroborar que las llantas son un elemento fundamental, se realizó el siguiente experimento:

 

Una sencilla curva tomada a 60 km/h con dos vehículos iguales, uno de ellos con neumáticos traseros con poco dibujo –la prueba era con el ESP (control de estabilidad) desconectado– y otro con neumáticos en buen estado lo dejó claro: descontrol y amago de trompo –o incluso trompo completo– en el primer caso, y total facilidad para abordar la curva en el segundo.

 

El traer los neumáticos en mal estado no solo incide en su seguridad sino también en su bolsillo. Si las llantas no se encuentran infladas en la presión que determina el fabricante, el gasto de combustible es 15% mayor al de unos neumáticos inflados correctamente.

 

Asimismo, y ahora que ya viene la temporada de lluvias, unas llantas en mal estado harán que se triplique la distancia de frenado con las posibles consecuencias que esto acarrea.

 

Como última sugerencia, le pedimos que revise la calcomanía que normalmente se ubica en el marco de la puerta del conductor o bien en el tapón de la gasolina.

 

Ahí encontrará la presión correcta a la que deben ir sus neumáticos y la presión adicional que deberá agregar en caso de llevar carga. De hecho y contra la creencia popular de que cargado el vehículo las llantas deben desinflarse, es al contrario. Las llantas deberán recibir una mayor cantidad de aire para soportar el peso adicional.

 

Si usted se pregunta si debe inflarlas con aire o con Nitrógeno, la respuesta es que el segundo es más estable que el primero y sus llantas durarán niveladas más tiempo. En sí, la diferencia es prácticamente nula.

 

Con la seguridad y la vida, no se juegan.

 

 

Lo que debes saber

  • Presión: Revisa la presión de las llantas al menos una vez por semana y modifícala en función de la carga.
  • Quinta rueda: No olvides comprobar la presión de la rueda de repuesto.
  • Desgaste: El límite legal de la profundidad del dibujo es de 1,6 mm.
  • Inspecciona: Realiza periódicamente una inspección visual buscando posibles grietas o daños.
  • Mito: Debo desinflar la llanta cuando el coche va más cargado.
  • Realidad: Las llantas deben recibir una mayor presión de aire cuando el coche carga peso adicional.