Seis días después del atentado de Boston, que causó tres muertos y más de 170 heridos, tres ciudades europeas, Londres, Hamburgo y La Coruña, reciben mañana en sus calles a una marea humana resuelta a desafiar el miedo para llevar a término el trabajo realizado en largas sesiones de entrenamiento.
El maratón de Londres, uno de los grandes, tendrá 36 mil corredores en la salida; Hamburgo, 30 mil, y La Coruña, que cumple sólo su segunda edición, acogerá una cifra mucho más modesta, cerca de 3 mil, para celebrar los campeonatos de España.
Las explosiones del pasado lunes en las inmediaciones de la meta de Boston han obligado a los organizadores a redoblar las medidas de seguridad y a introducir fórmulas para rendir tributo a las víctimas de la violencia terrorista, convencidos de que seguir adelante es el mejor homenaje.
El aspecto puramente deportivo y el pronóstico sobre posibles vencedores ha pasado a un segundo plano en estas circunstancias en beneficio de las medidas policiales para preservar la seguridad de los corredores, de sus familias y de los espectadores en una prueba que por su distancia (42 mil 195 metros) es difícilmente controlable.
Londres sufrió en julio de 2005 el azote del terrorismo. Tres bombas en el metro y una en un autobús causaron 56 muertos, entre ellos los cuatro terroristas sospechosos. La capital británica ha reaccionado al atentado de Boston aumentando en un 40 por ciento el contingente policial.
El director ejecutivo de la carrera londinense, Nick Bitel, pretende llevar a cabo los planes de la carrera según el programa previsto, sin más alteraciones que el refuerzo de las medidas de seguridad.
La Policía inglesa habrá de cubrir un largo trayecto que empieza en Greenwich y pasa por lugares emblemáticos de la capital como el puente de la Torre, la noria y el palacio de Westminster antes de concluir en la avenida de Mall, cerca del Palacio de Buckingham, donde también estuvo la meta del maratón olímpico, el año pasado.
Los organizadores de Hamburgo se proponen convertir la carrera en una denuncia contra el terror y quieren que la competición esté rodeada de la alegría habitual pese a la consternación por la tragedia de Estados Unidos.
“Pese a toda la consternación por los atentados de Boston, no podemos permitir que le quiten la alegría a nuestro maratón. Queremos mostrar que no le tenemos miedo al terror, correr es una muestra de libertad”, dijo el titular de Interior de la ciudad estado de Hamburgo, Michael Naumann.
Los organizadores de estos primeros maratones tras el atentado de Boston se han apresurado a rendir homenaje a las víctimas. En Londres, los corredores portarán una cinta negra y guardarán treinta segundos de silencio antes de la salida.
En La Coruña, la zona de llegada copiará la de Boston. La meta portará la misma leyenda y fecha que la carrera estadounidense y el Ayuntamiento coruñés enviará una carta a todos los maratones españoles y algunas extranjeras para que se unan a esta iniciativa.
El maratón coruñés comenzará después de un minuto de silencio en memoria de las víctimas de Boston y se repartirán crespones negros en señal de duelo a los corredores participantes.
En Hamburgo también se guardará un minuto de silencio antes de la carrera y los corredores que lo deseen podrán llevar un dorsal adicional en homenaje a Boston.
El recuerdo de la tragedia bostoniana estará presente también en otras carreras estadounidenses. Cientos de corredores de Washington y sus alrededores participan este fin de semana en carreras solidarias en homenaje a Boston vestidos de amarillo y azul, los colores del maratón de esa ciudad. En algunas de esas carreras se recogerán donaciones para las víctimas de los atentados.
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