El terremoto en China ocurrió justo cuando la reportera de la televisora Ya’an, Chen Ying, celebraba su boda, pero a ésta no le importó otra cosa que cubrir la tragedia y aún ataviada con su vestido blanco salió a cubrir los testimonios y las huellas del sismo, que hasta ahora ha cobrado 160 vidas y ha dejado casi siete mil heridos.
Con el micrófono en la mano y un camarógrafo que la seguía a todos lados, Ying registró prefirió informar a la gente sobre lo que ocurría en esos momentos de tensión y tristeza, que seguir con su ceremonia matrimonial, que de cualquier manera también se hubiera visto interrumpida por el movimiento telúrico.
De esta manera la reportera pudo documentar el sismo, a pesar de que en medio de la tragedia su vestido de bodas atraía las miradas sorprendidas de los chinos Esta decisión de cumplir con su trabajo ha generado comentarios positivos hacia Ying.
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