(Fotos: AP)
El etíope Tsegaye Kebede ganó su segundo título en el maratón de Londres, vitoreado por miles de espectadores tranquilizados por la incrementada seguridad en la primera carrera importante desde las explosiones en el maratón de Boston.
Una carrera que comenzó con un minuto de silencio en tributo a las víctimas de Boston terminó con una emotiva conclusión bajo un cielo azul.
Con una cinta negra en el pecho, Kebede alcanzó a Emmanuel Mutai en la etapa final y rebasó al exhausto keniano para cruzar la línea de meta primero frente al Palacio de Buckingham.
Kebede registró un tiempo de 2 horas, 6 minutos y 15 segundos, repitiendo su triunfo aquí en el 2010, mientras que su compatriota Ayele Abshero fue tercero.
La victoria en la capital británica se produjo luego que Kebede no tuvo la oportunidad de gloria en las olimpiadas del año pasado, cuando no fue seleccionado para el equipo etíope.
La keniana y medallista de plata en las olimpiadas Priscah Jeptoo ganó la carrera de mujeres con un tiempo de 2:20:15, el mejor de este año. Su compatriota Edna Kiplagat llegó segunda y la japonesa Yukiko Akaba fue tercera.
Un ambiente desafiante y festivo prevaleció el domingo en la carrera, pese a los temores planteados por la detonación de dos bombas hace seis días en la prueba de Boston.
Miles de corredores rindieron tributo a los muertos y heridos en Boston. La carrera comenzó tras un minuto de silencio en honor de las víctimas de Boston, y muchos de ellos lucían cintas negras como símbolo de solidaridad.
“Significa que los corredores son más fuertes que los que detonaron los explosivos”, comentó Valerie Bloomfield, una participante francesa de 40 años.
La de Londres fue la primera carrera importante desde el doble atentado de Boston, que causó tres muertos y más de 170 heridos, muchos de ellos todavía hospitalizados. Además, fue asesinado un policía durante la persecución de los dos sospechosos, uno de los cuales murió en un tiroteo con la fuerza pública y el segundo fue detenido.
Unos 36 mil corredores participaron en carrera, que atrae además miles de espectadores. La policía asignó un 40% más de agentes y medidas extras de vigilancia como precaución.
Muchos de los corredores de Londres dijeron que no les preocupaba el atentado de Boston, y los miles de espectadores que jalonaron el recorrido por las calles de la capital británica mostraron el mismo espíritu.
David Wilson, de 45 años, dijo que no había motivos para cancelar la maratón. Agregó que la población se repuso al día siguiente de los atentados del 7 de julio del 2005 contra el sistema de transporte público.
“Nada puede hacerse porque de lo contrario uno perdería en todo momento”, insistió.
Empero Chris Denton, un ingeniero de 44 años que estiraba las piernas en la línea de salida, notó cierta ansiedad en el ambiente. Pidió que su familia no acudiera a respaldarlo debido a la posibilidad de un ataque. “Los dejé en casa”, indicó. “Fue para mi tranquilidad”.
Las medidas de seguridad fueron abundantes pero no abrumadoras cerca de la meta en el Mall, frente al Palacio de Buckingham.