Desde pequeños nos han enseñado a hacer conciencia sobre lo terrible que hemos sido los seres humanos con el planeta. El calentamiento global, la contaminación, el derretimiento de los polos y la extinción de las especies. Cosas que en gran parte son ciertas, pero no del todo.
¿Es realmente tan mala la desaparición de especies? Y es que esta ha sido parte irrefutable de la historia, no de la humanidad sino de la Tierra misma.
La realidad es que casi todas las formas de vida que han existido en el planeta se han extinguido. Ya lo decía Charles Darwin. El proceso de la evolución involucra nuevas especies que ganan terreno y otras que lo pierden.
Es cierto que muchos de las especies que en la actualidad han dejado de existir son producto de actividades humanas, pero en visión a largo plazo, esta es parte del orden natural.
En la historia del planeta, hay cuatro grandes extinciones masivas identificadas. El ejemplo tal vez más significativo es el de los dinosaurios, en el que desaparecieron el 90% de las especies.
Pero no todas las extinciones son de este tipo. También existen las que son causadas por lo que los científicos denominan “ambiente” de extinción: especies que se desvanecen año tras año, criaturas que tranquilamente van perdiendo terreno frente a otras y que desaparecen. Son extinciones de “rutina”.
De hecho las especies medias tienen una duración de vida de sólo unos millones de años, en la que los mamíferos son los peor calificados, ya que sólo viven como especie entre uno y dos millones de años.
En tanto, la más fuerte la podemos ver en las almejas, que viven entre cinco a seis millones de años y la tortuga laúd que ha vivido decenas de millones de años.
Otro factor actual en la preocupación sobre la extinción de las especies, es la “popularidad” que estas tengan. No es lo mismo un oso polar o un canguro, que un gusano.
En cuanto a la acción humana, esta no siempre es deliberada. No es lo mismo un campesino de África, para el que la caza furtiva de elefante por sus colmillos es una forma de sobrevivir que para cazadores que lo hacen por “recreación”.
Sin embargo, no porque la extinción sea un proceso natural se debe olvidar la responsabilidad que tenemos como habitantes del planeta. La pérdida de una planta o animal en una cadena alimentaria puede afectar a toda una red interdependiente, de alguna manera que todavía no hemos entendido.
Con información de BBC
Comments are closed.