Dzhokhar Tsarnaev, sospechoso de los atentados en el Maratón de Boston, está hospitalizado bajo fuerte vigilancia, mientras los habitantes de la ciudad ya respiran aliviados y los investigadores trataban de esclarecer los detalles del mortal plan.
Pese a que parte de la fuerte presencia policial y de la Guardia Nacional se mantiene en la ciudad, los bostonianos ya caminan por las calles, en un ambiente mucho más distendido tras la extrema tensión vivida durante cinco días.
Se informó que Tsarnaev, de 19 años, no estaba en condiciones para hablar ni ser interrogado ayer por la mañana, después de que lo sacaron, herido y sangrando, de una embarcación cubierta por una lona, en un patio de Watertown. La captura ocurrió al final de una jornada tensa que comenzó cuando su hermano mayor, Tamerlan, murió en un intento desesperado por huir.
No hayinformación inmediata de cuándo Tsarnaev sería acusado ni los cargos que enfrentará.
Los cargos más serios de que disponen los fiscales federales serían el uso de un arma de destrucción masiva para matar personas, que conlleva una posible sentencia a muerte, aunque en Massachusetts no existe la pena capital.
El FBI y la CIA prevén interrogar al sospechoso sin leerle por ahora sus derechos básicos, haciendo uso de una excepción en las normas de la justicia estadunidense.
Los motivos que llevaron a los hermanos Tsarnaev a cometer presuntamente los atentados todavía son un misterio y aunque las primeras investigaciones indican que actuaron solos, se desconoce con certeza si tuvieron algún tipo de ayuda externa.
El presidente Barack Obama dijo que hay muchas interrogantes sin contestar sobre el atentado, como si los hermanos Tsarnaev —originarios de la etnia chechena del sur de Rusia, que llevaban cerca de un decenio en Estados Unidos y que vivían en la región de Boston— habían recibido asistencia de otras personas. El presidente exhortó a la población a no apresurarse a sacar conclusiones sobre los motivos de los sospechosos.
Autoridades federales informaron que un equipo especial de investigadores especializado en sospechosos importantes interrogaría al estudiante universitario de Massachusetts sin ponerlo al corriente de sus derechos, invocando una poco común exención por razones de seguridad pública en casos de peligro inmediato.
La Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU, por sus siglas en inglés), expresó preocupación por esa posibilidad. Anthony Romero, director ejecutivo de la organización, dijo que la excepción se aplica sólo cuando hay una amenaza a la seguridad pública y la “excepción no es ilimitada”. La llamada regla Miranda garantiza el derecho de los detenidos a no hablar y a tener un abogado.
La Oficina del Defensor de Oficio de Massachusetts informó que ha aceptado representar a Tsarnaev una vez que sea acusado. Miriam Conrad, abogada de oficio de Massachusetts, dijo que Tsarnaev debe tener derecho a un defensor tan pronto como sea posible porque hay “preocupaciones serias sobre el interrogatorio”.
Deval Patrick, gobernador de Massachusetts, dijo el sábado por la tarde que Tsarnaev se encontraba en estado grave pero estable y que probablemente no podía comunicarse.
“Yo, y creo que todas las autoridades policiales, esperamos por muchas razones que el sospechoso sobreviva”, expresó Patrick después de una ceremonia previa al comienzo de un juego de béisbol en el estadio Fenway Park para rendir homenaje a las víctimas y sobrevivientes del ataque. “Tenemos un millón de preguntas que hay que responder”.
Hasta ayer, más de 50 víctimas de los atentados permanecían hospitalizadas, tres de ellas en estado crítico.
El viernes, día de la detención del segundo sospechoso, grupos de personas en Watertown, Cambridge y Boston, escenarios de la carrera violenta de los hermanos Tamerlan y Dzhokar Tsarnaev, salieron a la calle para celebrar con banderas y gritos de U-S-A el fin de una tragedia que comenzó el lunes con dos bombas en la recta final de la maratón internacional de la ciudad que provocaron 3 muertes y 176 heridos.
Obama encabeza reunión de seguridad
Asimismo ayer el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, estuvo reunido durante hora y media con el Consejo de Seguridad Nacional, para tratar los últimos avances sobre la investigación.
Según informó la Casa Blanca en un comunicado, Obama subrayó la necesidad de continuar reuniendo información de inteligencia para poder responder a las preguntas que aún no han sido resueltas sobre las explosiones de la maratón internacional de la ciudad, que causaron 3 muertes y 170 heridos.
La asesora del presidente para Seguridad Nacional y Antiterrorismo, Lisa Mónaco; el asesor de Seguridad Nacional, Tom Donilon: el fiscal general, Eric Holder; el director del FBI, Robert Mueller; y la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, informaron a Obama sobre los últimos detalles del caso.
Durante la reunión, celebrada en la Sala de Crisis de la Casa Blanca, también estuvieron presentes el director de la CIA, John Brennan y el director de Inteligencia Nacional, James Clapper, quienes le informaron sobre “los esfuerzos para combatir el terrorismo” y las medidas adoptadas para “proteger al pueblo estadounidense”. (Agencias)
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