En la misa dominical en la Catedral Metropolitana el cardenal Norberto Rivera Carrera, dijo que uno de los mayores reclamos de la mayoría es contra aquellos que pretenden “aniquilar impunemente al niño en el vientre materno y terminar con la vida del anciano porque ya no es productivo”.
Ello, aunado a que “en nombre de una preferencia sexual, hombres y mujeres son prostituidos y miles de niños y niñas explotados sexualmente, esto se está dando a conocer sobre todo ahora que celebramos el Día del Niño”.
Añadió que “a ellos, no hay quien los defienda, pero ciertamente, hay quien está lucrando y quien está encubriendo a los explotadores y son los mismos que se rasgan las vestiduras y señalan a otros para que la opinión pública mire a otro lado y ellos queden sin ser señalados”.
Esta realidad, apuntó el prelado, “por cruel que se presente, no nos puede quitar ni la fe ni la esperanza como si el mandamiento nuevo sólo fuera una ilusión, una utopía o un sueño inalcanzable”.
Al término de la homilía, se pidió “por todos los niños, en especial por aquellos que son víctimas de la violencia, la explotación, la persecución y la violación a sus derechos más elementales”; por los que ostentan cargos públicos para que su acción vaya en beneficio de todos y hagan prosperar los pueblos y ciudades.
Rivera Carrera refirió que la ciudad en donde vivimos, “es una ciudad terrena, es un campo en donde crece al mismo tiempo, el trigo bueno y la cizaña, es una red en donde hay peces buenos y malos; en donde el ser humano experimenta en su propia vida, al ángel y al demonio”.