A 10 días de que un grupo de presuntos estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) tomó la torre de Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México, el panorama afuera del inmueble universitario es distinto: en la explanada hay más carteles exigiendo el diálogo con el rector, la valla que levantaron los inconformes creció y también el número de casas de campaña.
Los afiches exigen a José Narro abrirse al diálogo y su renuncia si es que la fuerza pública entra a Ciudad Universitaria (CU) para desalojar el edificio.
La valla que los encapuchados levantaron a la entrada de la torre el pasado martes es mayor, aunque la vigilancia del grupo que mantiene el plantón disminuye por momentos: antes del mediodía sólo se veía a un par de encapuchados rondando, luego de que un grupo de estos saliera por la mañana del edificio con dirección al metro Copilco.
En la carpa que algunos simpatizantes del grupo inconforme montaron en la explanada se pueden apreciar diversos víveres como agua, leche, café, azúcar, pan y hasta un azafrán con carbón. Afuera, leños quemados dejan constancia de las fogatas que los presuntos estudiantes encienden durante la madrugada.
Aunque alrededor del recinto hay elementos de Auxilio UNAM estos parecen sólo vigilar la escena, algunos muy cerca, a sólo unos pasos de los encapuchados.
Para esta tarde se prevé que una comitiva de encapuchados participe en una asamblea en el auditorio Ché Guevara, a donde fue convocada la comunidad universitaria. Se espera que al término de ésta se lea un comunicado por parte del grupo que mantiene tomadas las oficinas de gobierno de la universidad.
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