Kimberly se quedó, a diferencia de los entre cinco y ocho mil menores que cada año son deportados. Aquí su testimonio:
Yo soy Kimberly Briyell Roque Rodríguez, estudio en la escuela Organización de las Naciones Unidas de la zona escolar 001 del sector 23 que está en la ciudad de Tapachula en México. Y cuando era chiquita mi mamá vino a este país porque acá tenía familia y allá no encontraba trabajo.
Tengo una hermanita que se llama Karla Michel que tiene 7 años y también está en la escuela en primero yo curso. No me acuerdo cómo se llama el lugar de donde vengo porque mi mamá casi no le gusta platicar sobre eso porque se siente triste, sólo sé que soy de Honduras.
Mi escuela en donde estoy es más bonita que la que iba en Honduras porque acá hay canchas, porterías, patios grandes.
Extraño a mi tío yo, ya que allá se quedó no vino con nosotras. Me gusta vivir en Tapachula porque aquí hay muchos lugares donde puedo pasear y comprar cosas bonitas y puedo pasear en el parque.
Aquí tengo familia que voy a visitar y hacemos comida de allá y nos acordamos de cuando vivíamos allá y la abuela nos hacía la comida que es diferente a la que hay acá. El lugar de la escuela donde me gusta estar en el salón porque me gusta platicar con mis compachieros y hacer la tarea que deja el maestro.
Me gusta la caricatura del Pájaro Loco y soy muy feliz en ese país aunque pienso que tal vez un día volveré a Honduras para recordar cosas de cuando era chica, aunque no conozco a mi papá porque mi mamá no quiere recordarlo cuando nos abandonó a las tres.
Quiero ser veterinaria cuando sea grande porque me gustan los animales y sé que para eso necesito estudiar mucho.