Estados Unidos ofreció capturar al narcotraficante mexicano Joaquín “el Chapo” Guzmán en 15 minutos en una operación “sencilla, rápida y quirúrgica”, pero los militares se opusieron, dijo a Efe el periodista Jesús Esquivel.

 

“Los servicios de inteligencia de Estados Unidos lo tienen ubicado, saben dónde está y están listos para atraparlo”, afirmó Esquivel, que en estos días presenta su libro “La DEA en México”.

 

El expresidente mexicano Felipe Calderón (2006-2012) quería que Estados Unidos atrapara al líder del cartel de Sinaloa, pero el Ejército y la Marina “se opusieron y pararon la operación” debido a que en ese plan solo participaba personal estadounidense, indicó.

 

José Baeza, uno de los miembros de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) entrevistados por Esquivel, dijo que en dos ocasiones esa oficina entregó toda la información al Gobierno de México para atrapar al capo, pero en ambas logró escapar en cuatrimotos en la sierra.

 

Aseguró que el narcotraficante se mantiene libre gracias a que recibe protección de numerosos políticos que se encuentran en varios niveles de Gobierno, pero se abstuvo de mencionar sus nombres.

 

“El día que arresten a ciertos políticos van a descubrir muchas verdades sobre los misterios del Chapo y del cartel de Sinaloa”, comentó el agente.

 

El Gobierno de México, añadió, conoce el lugar donde está Guzmán Loera, ya que ha recibido informes de la DEA y de otras agencias, así como de sus propios sistemas de información militares y civiles, y tienen la lista de todos sus bienes.

 

El corresponsal de la revista mexicana Proceso en Washington revela en su libro que el Pentágono preparó un plan para atrapar a “el Chapo” en una operación similar a la que concluyó con la muerte de Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda.

 

Según Esquivel, “Washington no ha desechado el plan” y se lo propondrá al presidente Enrique Peña Nieto, quien asumió el poder el 1 de diciembre pasado.

 

“La captura de este narcotraficante, si lo permitieran los mexicanos, sería algo tan fácil como arrebatarle un dulce a un niño” en una operación “sencilla, rápida y quirúrgica”, apuntó.

 

Precisó que ese operativo sería ejecutado por tres comandos estadounidenses entrenados en acciones clandestinas en territorio enemigo y apoyados por tres aviones de alta tecnología digital operados a control remoto y armados con misiles.

 

De acuerdo con el plan, las fuerzas ingresarían a la zona en helicópteros artillados y dos de los grupos se encargarían de la operación principal, mientras que el tercero cubriría las espaldas en caso de represalias de los sicarios del cartel.

 

“En 10 o 15 minutos los dos equipos de asalto atraparían al objetivo” durante un operativo que sería dirigido en tiempo real desde el Pentágono e incluso desde las oficinas del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

 

En el plan “no caben los militares mexicanos, y solo entrarían uniformados mexicanos para observar los resultados”.

 

Las tropas estadounidenses tendrían que vestir “uniformes de alguna corporación nacional como la Policía Federal”, con el fin de “simular la participación mexicana” en la operación.

 

Estados Unidos considera esta misión “prioritaria”, apuntó el periodista, dado que Guzmán encabeza la organización criminal más poderosa del mundo, de acuerdo con el Departamento del Tesoro.

 

Según informes del Gobierno mexicano, así como de las agencias estadounidenses DEA, CIA y FBI, el cartel de Sinaloa es el principal exportador de droga no solo a Estados Unidos, sino a otros países de América Latina, Europa, África y Asia.

 

Estados Unidos ofrece desde 2004 una recompensa de hasta cinco millones de dólares por información que lleve al arresto de Guzmán, mientras que la del Gobierno mexicano asciende a 30 millones de pesos (unos 2,4 millones de dólares).

 

El estado de Durango, que junto con los de Chihuahua y Sinaloa forman el llamado “triángulo dorado” de las drogas en México, es considerado uno de los posibles refugios del capo, quien en 2001 se fugó de un penal de alta seguridad.