Una de las señales más claras del cambio de estrategia de seguridad en México, en el que cada vez hay menos cooperación con el gobierno estadunidense, se dio durante las investigaciones de las causas de la explosión en la Torre de Pemex en enero pasado.
De acuerdo al periódico The New York Times, en un principio, agentes del departamento de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos fueron invitados a ayudar con la investigación del incidente en el que murieron 37 personas.
Sin embargo, después de que estos plantearan la posibilidad de que la causa de la explosión había sido una bomba, la participación de la agencia fue cortada e incluso una visita que ya estaba programada por parte de un grupo de investigadores al lugar, fue cancelada.
Los oficiales dijeron que las autoridades mexicanos no les permitieron participar del todo en la investigación lo que generó la impresión acerca de que el gobierno mexicano se estaba apresurando en concluir que la causa de la explosión había sido un accidente.
De hecho, apunta el diario, el cuatro de febrero, el procurador general de la república, Jesús Murillo, anunció que la causa de la explosión, había sido el gas metano.
Con información de The New York Times