MADRID. A tres días del colapso de una mina de oro en la región de Darfur, en el oeste de Sudán, los socorristas intentan rescatar los cuerpos sin vida de más de 60 personas, aunque sus labores son cuidadosas para evitar un nuevo derrumbe.
Los equipos de rescate utilizan herramientas de mano para tratar de llegar a las víctimas del derrumbe de la mina, ubicada en el distrito de Jebel Amir, a más de 200 kilómetros al noroeste de El Fasher, capital de Darfur del Norte.
“No podemos usar las máquinas, porque si ellas se acercan, el suelo se derrumbará. La gente está utilizando las herramientas tradicionales y debido a esto, el rescate es muy lento”, dijo el comisario de Jebel Amir, Haroun al-Hassan, sin precisar si hay personas con vida.
Respecto al número de trabajadores que estarían atrapadas, al-Hassan indicó que no puede dar una cifra exacta porque nadie sabe cuántas personas estaban en la mina al momento del accidente.
Sin embargo, precisó que más de 60 personas habrían muerto, pero que hasta el momento no se han podido rescatar sus cadáveres.
Al-Hassan explicó que las víctimas eran buscadores de oro que trabajan en la mina de forma ilegal, según la agencia sudanesa de noticias Suna.
Las tribus rivales de Al Bani Husein y Al Reziqat, de tradición ganadera, se disputan el yacimiento, que fue cerrado por las autoridades tras esos actos de violencia, aunque la búsqueda de oro no había cesado.
En medio de esta tensión, el pasado 23 de febrero, cerca de 60 personas perdieron la vida y otras 80 resultaron heridas en un ataque de miembros de Al Reziqat contra el clan Al Bani Husein en la localidad de Al Sarif.