El equipo alemán dio una lección de sobriedad y no bajó el pistón en ningún momento, dispuesto a ahondar en la herida de los catalanes que eran un equipo descabezado desde la alineación, un equipo sin alma
Un brillante ejercicio futbolístico en el Camp Nou, allí donde el Bayern de Múnich tenía una deuda histórica, le ha permitido al equipo bávaro clasificarse a lo grande para su décima final de la Champions, que jugará ante el Borussia Dortmund, tras imponerse sin paliativos (0-3) a un disminuido Barcelona que jugó sin Leo Messi.
A modo de traspaso de poderes, el equipo de Jupp Heynckes dio una lección de fútbol en el templo barcelonista. Acostumbrado a ofrecer exhibiciones en los últimos años, los azulgrana vieron la otra cara de la moneda y cedieron ante el incontestable fútbol de un gran Bayern.
La vida no es igual para el Barça sin Leo Messi. El día que estaba llamado a ser el gran protagonista, el mejor jugador del mundo se quedó en el banquillo aquejado de problemas físicos. Sin Messi, pero tampoco sin Sergio Busquets ni Alba ni Mascherano ni Puyol, a los azulgrana se le acumularon demasiados problemas desde antes de empezar el partido.
El Barça ya era un equipo descabezado desde la alineación, un equipo sin alma que tuvo que apuntarse demasiado pronto a la épica. Los azulgrana son más de monólogo que de diálogo, de discurso directo, pero hoy desde el principio se adivinaba una tragicomedia ante el empaque del rival, un primoroso equipo.
El Bayern no se conformó con mantener la calma y recordar la ventaja de la ida. Los alemanes estuvieron dispuestos a sacudirse de una vez por todas la maldición del Camp Nou, el agrio recuerdo de aquella final de la Champions de 1999 perdida ante el Manchester United con dos goles encajados más allá del minuto.
Automatismos, intensidad, intención y gran coordinación entre las líneas. Heynckes ha construido una obra de arte.
La velocidad de Arjen Robben y el juego al espacio llevó a los azulgrana por el camino de la amargura. Vilanova decidió arriesgar con una defensa con tres y Alves jugando más por el carril en ataque que en defensa.
Por eso el factor corrector de Piqué, Adriano y Bartra era determinante. En ataque, el Barça estuvo sin ideas, poco preciso y sin velocidad de ejecución.
El Bayern, que nunca perdió la compostura, nunca fue conservador. Su fútbol, su físico, su colocación y su solvencia amilanó a los locales, quienes no tenían respuestas. Un gol de Robben, en el minuto 48, fue el principio del fin. El Barça nunca se creyó en la posibilidad de remontar el partido y su alicaído fútbol fue el reflejo del estado de ánimo en el que se encontraba el equipo.
En muchas ocasiones durante la presente temporada, especialmente durante la segunda parte de la misma, los azulgrana habían dado la impresión de que el Barcelona ya había jugado sus mejores partidos. Ayer fue la constatación, agotado y sin rumbo, la dependencia de Messi se ha demostrado determinante para la suerte de muchos de los partidos.
De un año para otro, el equipo azulgrana ha vuelto a alcanzar las semifinales de la Champions, pero ahora ha caído de la peor de las maneras por un parcial 7-0, el peor parcial encajado por los azulgrana en la historia de las competiciones europeas, puesto que al gol de Robben se añadió un tanto marcado en propia puerta por Gerard Piqué en el minuto 72 y otro más por Thomas Muller en el 76.
El Bayern dio una lección de sobriedad y no bajó el pistón en ningún momento, dispuesto a ahondar en la herida de los catalanes. Jugará el equipo de Heynckes su décima final de la Champions, su rival será el Dortmund en una final alemana. Será la cuarta vez en la historia de la competición que dos equipos del mismo país se medirán para conquistar la Orejona. EFE
Con o sin Messi, da igual
Gerard Piqué, defensa del Barcelona, afirmó ayer, tras perder 0-3 con el Bayern de Munich y ser eliminado en las semifinales de la Liga de Campeones, que si hubiese jugado Lionel Messi, “el resultado habría sido más o menos el mismo”.
El jugador argentino no pudo saltar al terreno de juego. A última hora se resintió de una lesión y presenció el encuentro desde el banquillo. Para Piqué, su presencia en el campo no habría cambiado mucho las cosas.
“Que no juegue Leo, el mejor del mundo, no es lo mismo. Pero íbamos con la intención de intentarlo. Ha sido una buena primera parte, pero tampoco ha influido que juegue o no. Creo que el resultado habría sido más o menos el mismo”, dijo en Canal Plus.
Además, analizó el encuentro y reconoció que, tras una “buena primera parte del Barcelona, el cuadro azulgrana completó un “mal” segundo tiempo.
Respecto a si el dolor por haber perdido es menor tras la eliminación del Real Madrid por el Dortmund, indicó que “quizá por parte de la afición sí”, pero resaltó que para el club, “el dolor habría sido el mismo perdiera o ganara” el conjunto blanco. EFE
Alemania por primera vez
El Bayern Múnich, que eliminó al Barcelona, y el Borussia Dortmund, que dejó en el camino al Real Madrid, disputarán, el próximo 25 de mayo en el estadio de Wembley, en Londres, la final de la Liga de Campeones, la primera en la historia de la competición que enfrentará a dos representantes alemanes.
Será la cuarta ocasión en la que dos equipos de un mismo país se enfrenten en el último partido en busca del título. Aunque nunca antes fue con equipos germanos.
La primera fue entre dos conjuntos españoles. En la temporada 1999-2000, en París. Entre el Real Madrid y el Valencia que terminó con el título para el conjunto madridista después de ganar por 3-0.
La segunda fue tres años más tarde (2002-03) entre dos representantes italianos. El duelo se jugó en Manchester entre el Milán, que venció en los penaltis después de un empate a cero, y el Juventus.
Y la más reciente ocurrió en la temporada 2007-08, en Moscú, entre dos equipos ingleses. También resuelta por penaltis, entre el Manchester United, que logró el título y el Chelsea. El encuentro terminó con empate a un gol.
El Bayern Múnich, que disputará su tercera final en los últimos cuatro años para aspirar a su quinto título, o el Borussia Dortmund, que pretende el segundo triunfo en la competición, heredarán la corona lograda por el Chelsea el pasado año, cuando tumbó al conjunto bávaro, entonces también entrenado por Jupp Heynckes, en los penaltis.
El historial de las finales de la Liga de Campeones, inicialmente denominada Copa de Europa, comenzó con la victoria del Real Madrid el 13 de junio de 1956 ante el equipo francés Stade de Reims, por 4-3, en el estadio Parque de los Príncipes de París.
El Real Madrid continúa siendo el equipo más laureado en la máxima competición europea de clubes, con nueve victorias.