A excepción de ciertos controles de seguridad y el fuerte olor a líquidos de limpieza, a simple vista pareciera que nada ocurrió en la Torre de Rectoría en las últimas dos semanas. En los muros y ventanas del edificio apenas quedan rastros de las pintas y mantas colocadas por el grupo de encapuchados que tomó el edificio.
De acuerdo con el área de Comunicación Social de la UNAM, las actividades en el edificio se retomaron por completo, incluso el rector, José Narro, despachaba desde su oficina, en tanto personal de la misma universidad continuaba el inventario de los daños que dejó la ocupación.
Poco antes del mediodía de este jueves todavía se observaba al personal de limpia y de mantenimiento en varios pisos de la torre. De acuerdo con funcionarios de la UNAM consultados por 24 HORAS las condiciones de las oficinas en seis pisos eran deplorables.
El olor a encierro y suciedad que se percibía el miércoles durante la conferencia de prensa del rector en el basamento de la torre desapareció este jueves. La sala de prensa, el vestíbulo y los baños lucían pulcros, sólo en las ventanas quedaron algunas manchas, restos de las consignas que los encapuchados pintaron durante su estancia.
En la explanada de la Rectoría, botes de pintura se encargaron de borrar los rastros de las consignas pintadas por los inconformes y también las expresiones de quienes pedían la salida de los encapuchados.
Como la aparente normalidad también regresó, la señal de telefonía móvil, cuyas “fallas” durante los días de la ocupación hicieron casi imposible cualquier comunicación desde y hacia esa zona.
En las facultades de Filosofía, Derecho y Química (ésta última donde se refugiaron los encapuchados al dejar la Rectoría), todo transcurrió con calma, incluso en los cubículos que ocupan diversos colectivos, algunos de los cuales mostraron su apoyo y otros su rechazo a la toma de las oficinas centrales de la UNAM.
El pasado 22 de abril, en un pronunciamiento posterior a la toma del inmueble, ocurrida la noche del 19 de abril, Narro Robles manifestó su preocupación porque esta acción afectaba trámites como el registro del pase reglamentado para licenciatura de alumnos regulares, el registro de calificaciones, el proceso del examen de admisión, el pago a proveedores y de nóminas atrasadas, así como el funcionamiento del Consejo Universitario y de diversos comités fundamentales para la institución.
Ayer, la oficina de prensa de la UNAM dijo a 24 HORAS que estos servicios se están retomando desde esta semana; sin embargo, algunos proveedores y estudiantes que se acercaron a la Rectoría para realizar algún trámite declararon que se les pidió volver hasta el lunes próximo.
Los daños en el inmueble ocasionados por los encapuchados que lo mantuvieron tomado aún no se cuantifican. En los próximos días expertos tendrán que revisar el posible deterioro que sufrió el mural Las fechas de la historia o el derecho a la cultura, de David Alfaro Siqueiros, considerado Patrimonio de la Humanidad. Debajo del mural, los encapuchados encendieron fogatas cada noche.
El monto total de los daños se dará a conocer en próximas fechas, informó el departamento de Comunicación Social.