Hace aproximadamente un año, la empresa de análisis financiero PrivCo realizó un reporte acerca de Spotify, empresa que ofrece un servicio de streaming de música y que recientemente abrió operaciones en México, en el que calificaba su modelo de negocios como “alarmante” e “insostenible”.
El análisis de PrivCo exponía que en la medida en que Spotify incrementaba clientes y por consiguiente, ganancias, este dinero se iba directamente a las compañías discográficas por concepto de pago de regalías, es decir, sin agregar ganancia a la empresa. En contraste, para operar ante una mayor demanda, Spotify necesitó incrementar el número de empleados impactando negativamente sus estados financieros. El análisis, compartido en el prestigioso diario The Wall Street Journal, y validado por la misma Spotify no fue aplicable sólo a esta empresa sino a sus competidores, particularmente el también famoso servicio de Pandora.
Estamos hablando de un análisis publicado hace un año, un periodo de tiempo particularmente sensible en una industria como internet, donde la realidad puede cambiar radicalmente; sin embargo, me parece relevante rescatar el análisis en un momento donde Spotify es recibido en México con bombo y platillo por los medios de comunicación, y gran aceptación de los usuarios que parecería indicar que el rumbo de la compañía, al menos en nuestro país, va viento en popa.
Vale la pena recapitular de qué estamos hablando. Spotify es un servicio que ofrece la posibilidad de escuchar música en línea por un costo fijo mensual, que dependerá del nivel de experiencia que se quiera consumir; así se puede desde acceder a un servicio de streaming gratuito en una PC, o bien, pagar por aquel que permite escuchar cualquier canción de un catálogo de millones en cualquier momento y a través de cualquier dispositivo.
Como comenté, la respuesta que al menos yo he percibido es bastante positiva. Apenas el servicio estuvo disponible en nuestro país, fue tema de conversación de redes sociales y gente cercana como mi querido editor, Hiroshi Takahashi, todo un conocedor de música por cierto, me comentaron que el servicio en verdad era buenísimo pues había localizado canciones que nunca pensó podrían aparecer en un servicio de tales características. Los rumores de que otras empresas pudieran lanzar servicios similares, y la existencia en México de otros como el ofrecido por Ideas Musik, hacen pensar que hay un mercado dispuesto a pagar por un modelo diferente al de descarga de música, que hoy se reparte entre muy pocos jugadores.
¿Será México, como el resto de Latinoamérica, la salida emergente a negocios que ya no encuentran crecimiento en mercados más maduros? ¿Seremos un mercado que se impresiona fácilmente y por eso nos lanzamos de forma entusiasta sobre nuevos servicios digitales? ¿Es Spotify un negocio con un gran mercado por captar, y con un modelo de negocio lo suficientemente sostenible en el largo plazo?
Por el bien del consumidor, sería una gran noticia escuchar que el modelo de negocios de Spotify y otros servicios de música en streaming, son sostenibles en el largo plazo. Está claro, al menos por ahora, que el servicio ha convencido, y que audiencia dispuesta a consumir música de una manera distinta, existe.