HONG KONG. Una investigación de la policía china destapó que, desde 2009, una organización criminal compró carne de rata y zorro y la vendió en mercados de Shanghai y Jiangsu como carne de cordero, en el enésimo escándalo de inseguridad alimentaria.

 

“Compraban zorros, visones, ratas y otros animales en Shandong. Les añadía gelatina, nitratos y otras substancias y los vendía como carne de cordero en los mercados de Jiangsu y Shanghai”, indicó un comunicado emitido por el ministerio de Seguridad Pública.

 

Más de 63 personas han sido arrestadas en varias operaciones en febrero, además de decomisarse diez toneladas de carne y aditivos.

 

La policía cree que el grupo criminal, liderado por una persona llamada Wei, habría alcanzado una cifra de negocios de más de un millón de dólares en cuatro años.

 

Lejos de ser un caso aislado, la policía dijo que había incautado 20 mil toneladas de carne “falsa” y había arrestado a 900 sospechosos dentro de la operación para detectar productos cárnicos adulterados.

 

Según los datos del Ministerio chino de Seguridad Pública, desde el 25 de enero de este año se han descubierto 382 casos de delitos relacionados con la falsificación de carne y se incautaron más de 20 mil toneladas de productos ilegales.

 

China se ve afectada de forma recurrente por escándalos alimenticios que las autoridades no han logrado reducir en los últimos años, pese a que Pekín aprobó en 2012 un nuevo sistema estándar de control en la cadena de producción de alimentos.

 

Una de las grandes novedades de esta regulación es que, por primera vez, la seguridad alimentaria es uno de los elementos que servirán para evaluar el trabajo de los gobiernos locales, como ya se hace con el crecimiento económico.

 

El sector lácteo ha sido uno de los que más golpeados se ha visto los últimos años en China por los escándalos alimenticios, sobre todo después de que la contaminación de leche para bebés con melamina por varias empresas líderes en el sector provocara en 2008 un escándalo a nivel mundial.

 

Al menos seis niños murieron y otros 300 mil se vieron afectados por esta resina tóxica añadida a la leche para simular un mayor valor proteínico, provocando desconfianza entre los ciudadanos a las marcas de leche autóctonas.

 

El escándalo creció cuando periodistas y organizaciones no gubernamentales aseguraron que las autoridades fueron informadas de los hechos, pero guardaron silencio hasta finales de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 para no empañar el evento.

 

El diario China Daily asegura en su edición de hoy que sólo en 2012 las autoridades detectaron 15 mil casos de producción de alimentos inseguros, y cerraron cinco mil 700 empresas que no estaban autorizadas para llevar a cabo producción de alimentos en el país.