Felipe Calderón esperó hasta el último minuto de su gestión como presidente de la República para hacer uso del último peso disponible en el Fideicomiso Bicentenario que se creó ex profeso para las festividades patrias de 2010.
Documentos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), titulados “Información sobre fideicomisos, mandatos y análogos que no son entidades”, en poder de 24 HORAS, revelan que durante los últimos días de la administración calderonista fueron extraídos los últimos 299 millones 970 mil 908 pesos que se ocuparon para liquidar el pago a prestadores de servicios así como para contribuir a los gastos de la Estela de Luz. Sin embargo, el documento no precisa ni a cuáles prestadores de servicios ni cuánto se aportó al monumento.
En los seis años que permaneció en activo este fideicomiso, se utilizó un total de nueve mil 763 millones 697 mil seis pesos, cifra que se destinó -hasta noviembre de 2012- para finiquitar el costo de la celebración patriótica, misma que mantiene en entredicho a la administración del ex presidente Calderón ante las cuentas de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), por lo caro y poco claro del uso de este dinero público.
El 8 de noviembre de 2007, la SHCP registró este instrumento con un primer depósito de 50 millones de pesos bajo el número de expediente 20072750001478, teniendo como fiduciario al Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext).
Pero en víspera de los festejos, en septiembre de 2010, la autoridad movió el dinero de Bancomext al Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada (Banjército) con el argumento de que el primero no brindaba los servicios suficientes para solventar las necesidades del fideicomiso, sin precisar a qué servicio se refería, ni acreditar que, en su caso, el fiduciario manifestara incapacidad o limitaciones para realizar la encomienda, según lo señalado en reportes recientes de la ASF.
También en septiembre de 2010, Calderón relevó de sus funciones como coordinador de los festejos al historiador Juan Manuel Villalpando, y en su lugar colocó al entonces titular de la Secretaría de Educación Pública, Alonso Lujambio Irazábal, quien mencionó en aquel entonces que garantizaría la “transparencia en cada uno de los contratos y de los gastos”.
El 18 de septiembre de 2010, Lujambio Irazábal intentó desvirtuar el costo del festejo, cuando emitió el comunicado de prensa (el número 149), que informaba que “los gastos de la noche del 15 de septiembre ascendieron (sólo) a 580 millones de pesos”. Sin embargo, para mayo de 2013, se había erogado 17.24 veces dicho gasto al registrar casi 10 mil millones de pesos del erario.
Ante estos hechos, el académico de El Colegio de México, Sergio Aguayo Quezada, calificó la acción gubernamental como un “gasto desmedido” de las arcas públicas.
“Me parece un verdadero escándalo por la cantidad que se gastó en un momento de terrible crisis económica para la mayoría de los mexicanos. La opacidad con la cual se manejó este fondo y las mentiras que nos dijeron sobre lo que se había gastado; el resultado de ese gasto fue lamentable, en términos generales: excesivo, opaco y malo”, agregó el también analista político.
Lo que representa el gasto
– Se pudo haber construido cinco veces el Puente Baluarte, en Sinaloa (2 mil 180 millones de pesos)
– Es lo que en un año destina el gobierno para apoyar a indígena en extrema pobreza (8 mil 560 millones de pesos)
– Invertir 66 veces lo que se le otorgó al equipo de transición del entonces presidente electo Enrique Peña Nieto por tres meses de gestión (150 millones de pesos).