La cultura alimenticia comienza a formarse desde los primeros días de vida e, incluso, desde el embarazo. El rol de la madre es de suma importancia ya que además de predicar involuntaria o voluntariamente con el ejemplo, orienta a sus hijos. Es vital que los niños adopten actitudes saludables desde pequeños pues interferirán en su desarrollo físico e intelectual.

A continuación 5 consejos básicos para lograr una adecuada nutrición en los niños. La meta es ayudar a las mamás a brindar a sus hijos lo mejor, también en los alimentos.

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EMBARAZO Y LACTANCIA

Los hábitos alimentarios en el embarazo son tan importantes para la madre como para su hijo. Los sabores de la dieta consumida durante esta etapa son transmitidos a los bebés por el líquido amniótico. Es esencial una dieta adecuada que satisfaga los requerimientos de la madre para lograr un desarrollo adecuado del feto; al mismo tiempo, aquí y en la lactancia, comienza en el bebé una mayor apertura y mejor recepción de sabores indispensables a futuro, como frutas y verduras. Si la madre consume productos saludables, disminuye en sus crías la fobia a probar nuevos sabores. Sobra hablar de los beneficios de la leche materna. Se recomienda que la lactancia dure al menos seis meses.

LUNCH INFANTIL

Al momento de acudir a la escuela, los niños ya han adquirido muchos hábitos en sus hogares. Es importante mandarles un lunch rico, atractivo, sano, basto y variado (esto para que no se aburran). Aconsejo que madre e hijo elijan los alimentos juntos. El lunch debe incluir proteínas (jamón, queso, leche, yogurt), hidratos de carbono (pan, cereal, papas, frutas y verduras). Un ejemplo sería: sándwich de pavo (utilizando pan integral), manzana y 3 galletas. Es buena idea incluir ocasionalmente una bolsita de papas o golosinas. Si el niño no se termina su lunch no hay que regañarlo, pero sí preguntarle qué adaptaciones le parecerían apropiadas.

EL EJEMPLO

Tiende a haber similitud entre la dieta de la madre y la de sus hijos ya que se copian comportamientos y patrones. Por eso, ser mamá también obliga a mejorar los hábitos propios. Tanto en el menú como en la alacena o el refrigerador, siempre deben hallarse alimentos sanos y variados, como fruta y verdura listas para comer; además, evitar la presencia de comida chatarra y productos con alto contenido de azúcar, como jugos y refrescos.

NO RELACIONAR COMIDA CON REGALOS Y CASTIGOS

Es común en la infancia premiar otorgando un chocolate o sancionar privando del mismo. No es recomendable. El niño debe entender que comer bien es esencial y no necesariamente poco atractivo.

PORCIONES

Es importante enseñar a los niños cómo y cuánto comer desde pequeños para que por sí mismos prevengan problemas de salud futuros. Hay que recordar que una nutrición adecuada durante la infancia trae beneficios de por vida. Sugiero se eviten los platones de comida en la mesa y mejor entregar platos con porciones adecuadas por persona. Así, aprenderán a sentirse satisfechos y no sobrealimentarse. Al mismo tiempo, debe enfatizarse que lo sano puede ser delicioso; lo anterior se logra jugando con colores, texturas y sabores de ingredientes. Es válido que a un niño no le guste determinada comida; eso obliga a la madre a sustituirla por algo similar en características nutricias.

 

Muchas veces con la mejor de las intenciones y el mayor de los amores, nos equivocamos al formar en términos de comida a nuestros hijos. Estos cinco tips pueden hacer la diferencia para que también en la comida te conviertas en una súper-mamá.

 

Añade vida a tu nutrición.

 

 

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