WASHINGTON. Charles Ramsey estaba comiendo una hamburguesa cuando escuchó los gritos de una de las tres mujeres secuestradas durante una década en una casa cercana a la suya en Cleveland y acudió a ayudarla. Ahora se ha convertido en un héroe, en una estrella mediática y en un icono inesperado.

 

Ramsey, un afroamericano que trabaja como lavaplatos en un restaurante en el área de Cleveland, llevaba un año viviendo en el barrio donde Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight fueron halladas el lunes tras una década sin noticias de ellas.

 

Fue él quien respondió a los gritos desesperados de Amanda Berry, que cargaba también a una niña de 6 años que tuvo durante su cautiverio, rompió a patadas parte de la puerta de la casa donde Ariel Castro, su vecino, las mantenía secuestradas.

 

Después ayudó a Berry a llamar por teléfono a la policía y, según explicó en una entrevista con la cadena de televisión CNN, estuvo con ella cuando “la imbécil” que atendió la llamada al número de emergencia 911 colgó antes de que llegara el coche patrulla pese a los gritos de desesperación y miedo de la víctima.

 

Cuando Ramsey vio a Amanda Berry salir de la casa “con un ataque de pánico”, “gritando como si atropellaran a un niño”, pensó que se trataba de una riña de novios, pero al ver la juventud de la chica, que desapareció en 2003 cuando tenía 16 años, pensó que no era posible que fuera pareja de Castro, de 52.

 

“Estaba bien arreglada, no parecía que hubiera sido secuestrada”, explicó Ramsey, que finalmente refugió a Berry y su hija en su casa hasta la llegada de la policía pocos minutos después.

 

Según el testimonio de Ramsey, las únicas personas que él vio salir con asiduidad de la casa de Ariel Castro eran “dos niñas pequeñas” que jugaban en el patio trasero y a las que el dueño de la casa se refería como sus “nietas”.

 

Sus declaraciones a la prensa con su peculiar forma de explicar las cosas le han convertido en una sensación de Youtube y su sinceridad le ha granjeado el cariño de la ciudad, que lo ha declarado “el héroe de Cleveland”.

 

“Solo hice lo que había que hacer”, dijo al periodista Anderson Cooper de la CNN el inesperado héroe de Cleveland.

 

“Hay mucha gente que se hubiese dado la vuelta”, le inquiría Copper. “Hay que tener ‘testículos’, hermano”, respondió Ramsey.

 

El residente de Cleveland sigue sin poder creerse que su vecino Ariel Castro, que le invitó un día a su patio trasero a “comer costillas y escuchar salsa” sea el responsable de la desaparición y secuestro de las tres chicas, dos de ellas (Berry y DeJesus) casos muy conocidos en la ciudad.

 

“Hermano, hay que tener unos testículos muy grandes para hacer lo que hizo”, explicó con esa manera tan particular de hablar Ramsney al primer periodista que lo entrevistó tras el suceso para un canal local.

 

Un restaurante de la ciudad ha lanzado ya camisetas con la imagen de Ramsey para recaudar fondos para las víctimas de los secuestros.

 

En Yotube han aparecido vídeos que hacen remezclas de sus entrevistas y de sus frases más célebres, como cuando dijo que le extraño que “una niña blanquita” corriese para echarse a sus brazos.

 

 

Hasta McDonald’s, donde Ramsey compró su hamburguesa, se ha apresurado a felicitar públicamente al “héroe de Cleveland” con un comentario en Twitter: “Saludamos el coraje de las víctimas secuestradas de Ohio y respetamos su privacidad. Charles Ramsey, así se hace, estamos en contacto”.