Stephen Ross, el dueño de los Dolphins de Miami, se ha comprometido a donar la mitad de su inmensa fortuna, valorada en 4 mil 400 millones de dólares, a causas caritativas, mientras pelea por fondos públicos para financiar la renovación del estadio de su equipo de fútbol americano.
La iniciativa Giving Pledge de Bill Gates y Warren Buffett, por la que grandes fortunas de todo el mundo se comprometen a donar la mitad de sus fondos, detalla hoy en su web la decisión de Ross, que se suma así a otros 113 millonarios dispuestos a destinar a la filantropía la mitad de sus recursos, ya sea en vida o al morir.
“Cuando era muy niño, mi tío me enseñó una valiosa lección, la importancia de devolver y de usar tu influencia para hacer del mundo un lugar mejor”, explica en la web el millonario, quien confía en “inspirar a otros” con este gesto y, así, “poder dejar el mundo un poco mejor que como lo encontramos”.
Se trata de una iniciativa impulsada por Gates y Buffett, quienes durante años han sido los más ricos del planeta según Forbes, hasta que en 2010 el mexicano Carlos Slim se les adelantó.
A sus 72 años, Ross ocupa el puesto 286 de ese listado de Forbes, después de haber avanzado desde el puesto 367 que tenía en 2012, mientras que entre los estadounidenses figura en el número 90.
En 2008 y 2009 Ross pagó 1.100 millones de dólares para hacerse con los Dolphins, que precisamente amenazaron esta semana con abandonar Miami si no reciben fondos públicos que le ayuden a financiar la renovación del estadio donde juegan, el Sun Life Stadium.
La semana pasada los legisladores locales se opusieron a comprometer fondos públicos para financiar parte de los 380 millones de dólares que se quieren invertir en el estadio, que fue construido hace 26 años y que, además de postularse para albergar una Super Bowl en los próximos años, quiere adaptar mejor sus instalaciones para partidos de fútbol, un deporte en auge en este país.
Precisamente en este estadio la selección española de fútbol se enfrentará el 8 de junio a Haití en un amistoso previo a la Copa Confederaciones, para aprovechar el tirón de ese deporte entre la amplia población hispana que vive en esta zona de EE.UU. y el elevado número de haitianos.
Hace ya dos años en este estadio se batió el récord de asistencia a un partido de fútbol en Florida, gracias a las 70.080 personas que fueron a ver al Barcelona y las Chivas de Guadalajara.
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