La agencia Fitch Ratings elevó las calificaciones soberanas de México para reflejar los fuertes indicadores macroeconómicos del país y “un compromiso mayor que el anticipado del nuevo gobierno y del Congreso para aprobar reformas estructurales”, informó hoy la calificadora.
La calificación de riesgo crediticio (IDR) a largo plazo en moneda extranjera fue elevada de “BBB” a “BBB+”, y la correspondiente a moneda local a largo plazo de “BBB+” a “A-“, indicó la agencia en un comunicado.
El techo país fue elevado de “A-” a “A”, y el riesgo crediticio a corto plazo en moneda extranjera se afianza en “F2”, con perspectiva estable en todas las calificaciones, añadió.
De acuerdo con Fitch, “la elevación de las calificaciones soberanas de México refleja sus fuertes indicadores macroeconómicos fundamentales, incluyendo la ausencia de macrodesequilibrios financieros, consistente apego a sus objetivos de inflación y regímenes cambiarios flexibles”.
También responde a un compromiso mayor que el anticipado del Gobierno de Enrique Peña Nieto y del Congreso parar sacar adelante las reformas estructurales.
“La resistencia de la economía es apoyada por la estabilización de la producción petrolera y el avance en los esfuerzos para abordar la violencia relacionada con las drogas, aunque sigue alta”, añadió.
La calificadora destacó que pese al débil desempeño económico de Estados Unidos, el principal socio comercial de México, el promedio de crecimiento de tres años llegó a 4.5 % en 2012.
Asimismo, resaltó que la Administración de Peña Nieto, que comenzó el 1 de diciembre pasado, ha “revigorizado el ímpetu reformista y aprobado reformas estructurales que habían languidecido durante varios años”.
La aplicación exitosa de esas reformas y de otras que están en camino deberán “impulsar las perspectivas de crecimiento a mediano plazo del país al promover la competencia y la inversión”, abundó.
Al respecto, la agencia consideró que existe el suficiente compromiso político para avanzar en la agenda pendiente, como las reformas fiscal y energética que están programadas para discusión en la segunda mitad de 2013.
Sin embargo, advirtió que una inefectiva aplicación de las reformas estructurales “socavaría las expectativas de mayor inversión y crecimiento”.