El ex presidente egipcio Hosni Mubarak rechazó este sábado los cargos que se le imputan por corrupción y por la muerte de más de 800 manifestantes durante la revuelta en 2011 que culminaron con la caída de su régimen.
Al reinicar el juicio en su contra, Mubarak, sus dos hijos, Gamal y Alaa, y el ex ministro del Interior Habib El Adly, así como otros seis ex altos cargos, negaron todos los cargos.
Mubarak, de 85 años, había sido condenado a cadena perpetua en junio del año pasado por la muerte de más de 800 manifestantes durante las protestas de enero y febrero de 2011.
Sin embargo, el pasado enero un tribunal de apelación dictaminó que el juicio debía repetirse ya que se produjeron irregularidades de procedimiento en el proceso.
El juicio debía haber comenzado el pasado 13 de abril, pero el juez Mustafa Hasan Abdala se abstuvo entonces de juzgar a Mubarak y trasladó la causa a una corte de apelación, que designó una nueva instancia para que lo procese.
Mubarak, sentado en una camilla y con gafas de sol, compareció ante el juez Kamel El Rashidi en la sede de la Academia de Policía a las afueras de El Cairo, a donde fue trasladado en helicóptero desde la cárcel de Tora, donde permanece en prisión preventiva.
En la misma primera sesión, el exministro del Interior, Habib El Adly y seis de sus colaboradores, que habían sido absueltos, también negaron las acusaciones por la muerte de manifestantes.
En tanto, los hijos de Mubarak, Alaa y Gamal rechazaron su responsabilidad en la supuesta venta de gas a Israel por un valor menor al precio de mercado, delito por el cual también se imputa a Mubarak y al empresario fugado Husein Salem.