Luis Eduardo, de 17 años, y su amigo Edgar, de 16, fingieron un secuestro en el que el primero simuló ser la víctima, mientras el segundo pidió una suma de 150 mil pesos como condición para liberar al ‘plagiado’.
Los hechos ocurrieron en San Luis Potosí, donde el Grupo de Antisecuestro de le la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), tras una investigación del caso, logró capturar a los jóvenes, estudiantes de bachillerato, acusado de secuestro simulado.
La historia inició el pasado 14 de mayo, cuando Luis Eduardo acudió a su escuela como habitualmente lo hacía, a bordo de una camioneta tipo Durango, modelo 1998, de color gris.
Ese marte los padres de Luis Eduardo pudieron hablar con él a las 14:30 horas, pero al paso de las horas el menor no llegó a su casa, por lo que sus familiares preguntaron a sus amigos, compañeros de escuela y novia.
Luego de intentar dar con su paradero, los padres se enteraron que Luis Eduardo sí fue a la escuela, y después de trasladó a casa de su novia, donde estuvo hasta las 15:00 horas, pero ese martes no regresó a su domicilio.
Al día siguiente, cerca de las 10:00 horas, los padres recibieron la llamada que desató la angustia. En ella les hicieron saber que “tenían secuestrado a su hijo” y que debían “esperar instrucciones”.
Sin esperar más, los padres de Luis Eduardo acudieron a la Unidad Antisecuestro de la PGJE, donde se tomó conocimiento del caso y se abrió la investigación correspondiente.
Hacia las 20:00 horas del miércoles 15 de mayo, los menores volvieron a llamar a los padres de Luis Eduardo para pedirles los 150 mil pesos para que el menor pudiera ser ´liberado´.
También enviaron mensajes al padre del ‘secuestrado’ desde el teléfono celular de éste. En ellos amenazaban con hacerle daño a su ‘víctima’ si se negaban a pagar los 150 mil pesos como rescate.
A las 2:00 de la madrugada de ayer, los agentes que investigaban el caso hallaron la camioneta Durango color gris en la calle Derecho de Huelga, en la colonia Azaleas.
En dicho domicilio los policías montaron un operativo de vigilancia, y se percataron que uno de los jóvenes salió a realizar una llamada desde un teléfono público. Era la tercera vez que los padres recibían noticias del secuestro simulado de su hijo.
Fue entonces cuando terminó todo, los agentes procedieron a la detención de los menores, y tras interrogarlos, se dieron cuenta que uno de ellos, Luis Eduardo, de 17 años, era la falsa víctima. Por esta broma los dos estudiantes de bachillerato fueron puestos a disposición del fiscal correspondiente, como presuntos responsables del delito de secuestro simulado.