MONTREAL, Canadá. El autoexiliado líder del sindicato mexicano de mineros, Napoleón Gómez Urrutia, acusa a los ex presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón de haber conspirado con Grupo México para culparlo del desvío de 55 millones de dólares y haberse enriquecido a costa de los trabajadores.
“Es una mentira total y absurda. Son el producto de las mentes enfermas de Germán Larrea, Vicente Fox, Felipe Calderón y todos sus socios y cómplices. La verdad, esto lo inventaron para desacreditar al sindicato y a mí. El único crimen que pudimos haber cometido es defender los derechos de los trabajadores”, dice el líder sindical exiliado en Vancouver desde 2006.
Esta es la primera entrega de dos, de una charla que sostuvo 24 HORAS con el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos de la República Mexicana (SNTMMYSRM).
–¿Cómo se siente viviendo exiliado en Vancouver desde 2006?
–Me siento muy seguro y confiado de que esta lucha la vamos a ganar, de que ha sido una injusticia y una persecución política que nunca debió de haber sucedido y me siento confiado de que el resultado final va a ser que la verdad salga a la luz pública, que se conozcan los hechos, las violaciones que se han cometido y que sobre todo levante y mantenga alto el espíritu de solidaridad, de lealtad, de unidad que ha prevalecido en este sindicato y también de muchas otras organizaciones sindicales. Me siento optimista en ese sentido de que eso debe terminar bien con respecto hacia nuestro sindicato y hacia toda la clase trabajadora de México y del mundo.
–¿Cómo empezó esa persecución política de la que usted está hablando?
–Hay toda una explicación anterior al desastre de la mina Pasta de Conchos. De hecho en mi libro El colapso de la dignidad lo describo con claridad. Toda esa conspiración que se venía gestando, armando como un año antes desde la tragedia de la mina de Pasta de Conchos el 19 de febrero de 2006, donde 65 mineros murieron y quedaron atrapados en el fondo de la mina de carbón de Pasta de Conchos perteneciente a Grupo México de Germán Feliciano Larrea. Y esto da las terribles condiciones de seguridad y de salud que prevalecían en la mina y que el sindicato había estado denunciando por lo menos desde más de un año antes, incluso habíamos tenido tres huelgas en contra de Grupo México por esta situación, pero la empresa ignoró completamente nuestras exigencias, las de los trabajadores y de las familias porque estaba totalmente apoyada por el gobierno de Vicente Fox. De tal forma que cuando sucede la tragedia, la empresa Grupo México, junto con el secretario del Trabajo de aquella época, Francisco Javier Salazar, deciden cerrar la mina al quinto día de tratar de rescatar a nuestros compañeros sin saber si estaban con vida o sin ella, yo anuncié y declaré que eso era un homicidio industrial.
“Hubo un asesinato corporativo, como se le conoce en otros países, y en ese momento se inició una persecución política sin precedente, una campaña sucia y perversa de medios de comunicación en contra mía, de mi familia, de mis compañeros y del propio sindicato nacional. Esto es lo que determinó que después de una serie de amenazas de todo tipo, inclusive amenazas de muerte y llamadas anónimas y correos electrónicos, decidí salir de México ante la recomendación que me hicieran mis compañeros dirigentes, líderes sindicales y políticos del mundo entero. Dadas las condiciones que prevalecían, decidí salir de México para proteger al sindicato, para proteger a las luchas y continuar la resistencia desde el exterior con mejores condiciones de seguridad de las que prevalecían en México en ese momento”.
–Se encuentra actualmente exiliado en Vancouver. ¿Cómo está viviendo ahí esa situación?
–Desde que sucedió esta persecución política y todos los ataques del gobierno mexicano, el gobierno de Canadá decidió nunca aceptar una demanda de extradición que estaba basada en mentiras, manipulaciones y calumnias del gobierno mexicano. Nunca siquiera me negó la entrada, al contrario me otorgó la residencia y una mayor protección y seguridad. Entonces trabajo desde acá, desde Canadá, presidiendo mi sindicato. He sido relecto seis veces unánimemente en estos seis años y medio en diferentes convenciones. La solidaridad internacional, no sólo de los United Steelworkers, sino de muchos sindicatos de Canadá, del Congreso del Trabajo de Canadá, de Estados Unidos, de Europa, de América Latina, de África y de Asia, ha sido impresionante. Puedo decir con toda seguridad que no ha habido jamás en la historia del movimiento obrero de México un dirigente sindical y una organización sindical democrática como la nuestra que hubiera tenido esta solidaridad mundial que ha sido comprometida y decidida en favor de nuestra lucha.
–En México lo acusan de desvío de 55 millones de dólares y de enriquecerse a costa de los trabajadores. ¿Qué tiene que decir acerca de estas acusaciones?
–Es una mentira total y absurda. Son el producto de las mentes enfermas de Germán Larrea, Vicente Fox, Felipe Calderón y todos sus socios y cómplices. La verdad, esto lo inventaron para desacreditar al sindicato y a mí. El único crimen que pudimos haber cometido es defender los derechos de los trabajadores, conseguir y obtener los mejores incrementos en salarios y prestaciones durante estos siete años, incluso desde antes para el sindicato de mineros y los trabajadores, tres y cuatro veces por encima del promedio nacional, 12% a 14% año tras año frente a 3% o 3.5% en promedio nacional. Y bueno, exigir mejores condiciones de salud y de seguridad en las minas y en todos los centros de trabajo. Esto es una mentira total, nunca hubo un desvío, fue probado en varias ocasiones desde un principio. La primera que lo hizo fue la Comisión Bancaria y de Valores y que por cierto ese expediente en marzo de 2006 decretó una institución oficial que el fidecomiso se había extinguido transparentemente y correctamente, que no había ningún peso desviado y lo ocultaron en la Procuraduría, pues tomó más de dos años retomarlo. Es verdaderamente una perversidad de todas las mentes enfermas que se dedicaron a querer destruir un sindicato democrático y un liderazgo electo transparentemente por la mayoría de los trabajadores de nuestra organización.
–¿Cómo puede funcionar el sindicato ahora que usted, presidente de ellos, está en Vancouver?
–Desde el primer día que salí de México, porque hubo unas semanas intermedias, he continuado presidiendo el sindicato a través de diferentes medios, con visitas frecuentes de mis compañeros dirigentes sindicales, líderes locales y delegados, a través de correos electrónicos, de un sistema de comunicación electrónica vía videoconferencias, correos físicos, teléfonos. En fin, ha sido una operación normal, nada más que a través de una pantalla y a cinco mil kilómetros de distancia, pero eso no ha impedido que el sindicato siga su rumbo, que se mantenga hoy más unido y fuerte que nunca, con los mayores incrementos en salarios y prestaciones del país, afiliando todos los años a nuevos trabajadores miembros de nuestra organización. El año pasado, 10 mil nuevos miembros se afiliaron a nuestro sindicato y desde luego buscando negociar las mejores condiciones y mejorar el bienestar de todos los trabajadores mineros, metalúrgicos y siderúrgicos de México y continuar impulsando el sindicalismo democrático y transparente de México.
–Escribió el libro El colapso de la dignidad, disponible sólo en inglés por el momento, en el cual relata lo que está pasando con el sindicato y con usted mismo. ¿Era necesario escribir ese libro?
–Absolutamente. Primero, había que defender un testimonio de toda esa persecución política y esas violaciones del Estado de Derecho. Esa es una historia real, muy documentada y fundamentada en evidencias, de resoluciones jurídicas, políticas, de testimonios vivos y directos y por supuesto que si estas historias de represión, de abusos del poder, de corrupción que se ha dado en México, necesitaban que se explicaran y que se escribieran y dejar este testimonio, este legado. Esto fue lo que me impulsó escribirlas, es un libro que creo que recoge lo más importante de estos siete años de este conflicto que está por terminar, pero que todavía no termina, pero desde luego es una historia que tiene mensajes con personajes, los buenos y los malos, de esta historia y que son muchos los malos, quizá muchos más que los buenos. Al final fue como decía una conspiración, de veras, algo vergonzoso para el país, trabajadores abandonados todavía hoy. Hay 63 en el fondo de la mina de Pasta de Conchos más de siete años después. ¿Cómo es posible? En Chile, rescataron a 33 trabajadores vivos 69 días después de la tragedia. Los encontraron vivos 17 días después y a uno por uno los rescataron. En México, al quinto día, sin saber si contaban con vida, los abandonó Grupo México de Germán Larrea. Es una vergüenza que siempre cargarán en su conciencia esta mancha de sangre minera que verdaderamente nunca debió de haber ocurrido y menos los gobiernos del PAN de Vicente Fox y Felipe Calderón que se dedicaron a avalar en complicidad y en corrupción esos hechos vergonzosos y delictivos de la empresa Grupo México.
–¿Cuándo empezó el gobierno a atacar a los sindicatos como enemigos?
–Viene toda una tendencia en México y una política generalizada de reprimir a los sindicatos democráticos e independientes, pero esto se empezó a agudizar a partir del año 2000. Cuando Vicente Fox llega al gobierno, él declara que su gobierno es de empresarios para empresarios y por los empresarios y se olvida del resto de la población, de la clase trabajadora, de la clase media, que son los que generan la riqueza del país. Después viene Felipe Calderón y también en uno de sus discursos de campaña, en una cena privada con empresarios, él declara que los sindicatos son como un cáncer para la sociedad y que habría que extirparlos. ¿Cómo es posible que un presidente de la República se pueda referir así a la clase trabajadora que es la que genera el valor y la riqueza del país? No hay tecnología ni equipo en la actualidad, por muy moderno que sea, que pueda generar y producir la riqueza de un país si no es con la mano de obra capacitada. Entonces, viene este ataque, esta campaña antisindical, esta política antisindical que se mantuvo durante todos los 12 años del PAN y no sólo en contra de la nuestra. Comenzó en contra nuestra porque somos el sindicato probablemente más grande de la industria privada, el sindicato más democrático con una gran tradición histórica y han de haber pensado que si acababan con nuestra organización, podían acabar con cualquiera. Después atacaron a los compañeros del Sindicato Mexicano de Electricistas, a los pilotos aviadores, a maestros, a campesinos y a muchas otras organizaciones democráticas. Hay una tendencia conservadora de derecha en contra de los sindicatos democráticos en México y en muchas otras partes del mundo también es cierto.
–¿Cómo considera a Vicente Fox, Felipe Calderón y al nuevo presidente de México, Enrique Peña Nieto?
–Creo que Vicente Fox y Felipe Calderón han sido los peores gobiernos de la historia de México que hicieron mucho daño al país, generaron la inseguridad, el desempleo o la aumentaron por lo menos drásticamente, extremos nunca vistos. El desempleo, la falta de oportunidades, la discriminación social y al contener los salarios bajos en un modelo equivocado que a la larga a México le va a crear grandes problemas sociales. Creo que se equivocaron totalmente en su estrategia, en su política, resultado de su incapacidad para gobernar y de su falta de preparación con una visión histórica de estadistas que nunca tuvieron.
“En el caso de Enrique Peña Nieto pues desde que tomó posesión su gobierno se ha mostrado y ha declarado él y algunos funcionarios de su gobierno que están en una mejor posición de respeto y de crear bases de diálogo para resolver los conflictos del país. Esperemos que muy pronto se vea ya en la realidad porque han pasado ya casi seis meses de este gobierno. Hay buenas intenciones, buenas declaraciones, se han abierto puertas de diálogo que se había roto y cerrado totalmente y particularmente con el último gobierno de Felipe Calderón. Esperemos que honren lo que han declarado y dicho de que serán respetuosos de la voluntad popular, de la democracia sindical, de la libertad sindical, y desde luego de crear mayores oportunidades, más justicia y equidad para la población mexicana en su conjunto”.
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