WASHINGTON. La humedad, la fuerza del viento y la lluvia se combinaron con toda precisión para generar el enorme tornado que devastó Moore, Oklahoma. Y esa combinación liberó una asombrosa cantidad de energía que opacó el poder de la bomba atómica que arrasó con Hiroshima.
El martes por la tarde, el Servicio Meteorológico de Estados Unidos lo clasificó en el tope de la escala, como un tornado EF-5, por la velocidad de los vientos y la severidad de los daños. Se calcula que los vientos alcanzaron velocidades de entre 324 kilómetros por hora (200 mph) y 340 kph (210 mph).
Varios meteorólogos usaron mediciones en tiempo real para calcular la energía liberada durante el tiempo que duró el fenómeno, aproximadamente una hora. Esos cálculos oscilaron entre 8 veces y más de 600 veces la fuerza de la bomba de Hiroshima, y la mayoría de los expertos se inclinan por darle el máximo.
Durante ciertos momentos el tornado tuvo un ancho de 2 kilómetros (1,3 millas), y su paso se prolongó durante 27,5 kilómetros (17 millas) y un tiempo de 40 minutos, mucho tiempo en el caso de un tornado normal, pero no demasiado inusual para uno tan violento, dijo el meteorólogo investigador Harold Brooks, del Laboratorio Nacional de Tormentas Severas en Norman, Oklahoma. Menos de 1% de todos los tornados en Estados Unidos tienen tal nivel de fuerza, y ocurren sólo 10 veces al año, dijo.
Dado que esta es la tercera tormenta de gran intensidad que afecta a Moore en 14 años, algunas personas se preguntan por qué. Es una combinación de factores geográficos, meteorológicos y mucha mala suerte, dijeron los expertos.