Cuando pienso en el color rosa, pienso en género. Rosa para las niñas, azul para los niños. Es una asociación primaria y básica, que tenemos en esta sociedad.
Sin embargo, esto no siempre fue así. Originalmente el rosa era un color asociado a la masculinidad. El rojo era el color de los hombres, así que el rosa por ser un rojo deslavado se usaba para los niños. El azul en cambio, es el color de l a virgen María, por lo que era asociado con la feminidad.
No es, sino a partir de mediados del siglo XX que el azul comienza a asociarse con lo masculino y el rosa con lo femenino, en un intento superficial por empujar la igualdad de género. Curiosamente esto no hizo más que radicalizar la asociación de color con género, nada más que ahora con los colores invertidos: rosa-niña, azul-niño.
Esta reflexión acerca del color y la identidad de género me lleva a pensar en el cine que tiene como protagonistas a mujeres. El rol y significado de estos personajes en sus historias y la manera en que funcionan de acuerdo a su feminidad.
Como un primer ejemplo, pienso en I spit on your grave. La primera edición de esta película del año1978, lleva el titulo original de Day of the woman escrita y dirigida por Meir Zarchi. I spit on your grave cuenta la historia de Jennifer Hills (Camille Keaton), una joven escritora quien decide pasar una temporada en una casa de campo para escribir su novela en paz y tranquilidad. Ahí, un grupo de hombres entran a su casa, la violan y humillan sistemáticamente hasta que la dan por muerta, dejándola tirada en el bosque. Hasta ese momento la pieza es, aunque tremendamente fuerte y explícita, la típica película de horror, sin embargo la trama tiene un giro de tuerca que la separa de la mayoría de las películas de su género, y la convierte en un estandarte de reivindicación y empoderamiento de la mujer. Jennifer, de manera casi milagrosa, se recupera y caza uno a uno a sus verdugos, así, la víctima se vuelve la victimaria, y se convierte en una anti-heroína, que venga las atrocidades cometidas hacia ella y hacia el género femenino.
Al terminar la película, el espectador siendo testigo de las barbaridades a las que la joven Jennifer somete a sus perpetradores, se queda con un sentimiento de triunfo y justicia, casi de júbilo, ante el triunfo de la víctima humillada. Cabe mencionar que Jennifer pasa toda la primera parte de su odisea infernal sin pantaletas, haciendo todavía más fuerte y evidente la fragilidad y la feminidad de la heroína en desgracia, lo que acrecienta el sentimiento de júbilo al verla tomar venganza.
La película tiene un remake del 2010 y de titulo homologo, del director Steven R. Monroe.
Esta obra es un antecedente temático del clásico de Tarantino: Kill Bill vol I y vol II, sin embargo I spit on your grave, aborda el tema de manera cruda y realista, haciendo el mensaje más claro y fuerte.
Otra película muy diferente en tono, forma, trama y género pero que empodera de igual forma a la mujer y a su género es Beasts of the southern wild de Benh Zeitlin (2012), ganadora del gran premio del jurado en el festival de Sundance, de la cámara de oro en el Festival de Cannes y del Oscar a mejor guión adaptado, entre otros muchos premios y nominaciones .
El personaje principal es Hushpuppy (Quvenzhané Wallis), una niña que vive en un mundo al margen de la sociedad estadounidense, quien se enfrenta a la tragedia de perder el mundo en el que vive, a una vida sin madre y a la pérdida de su padre. Hushpuppy llena de fuerza y entereza, lleva a los habitantes de su mundo y a ella misma hacia un futuro mejor. Nada de esto es explícito, la película se sirve de lenguaje poético y metafórico, de imágenes evocativas y conmovedoras, que se escapan de la narrativa convencional, y que llevan al espectador de la mano de Hushpuppy, por su mar de adversidades para llegar a un lugar lleno de esperanza y melancolía, acompañada del espíritu de las bestias salvajes del sur.
Como estas películas, existen muchas más, que hablan sobre el poder de la mujer, sobre su fuerza, sobre sus debilidades y como a partir de estas, construyen herramientas para combatir las adversidades de la vida.
Con el poder evocativo y casi vivencial del cine, podemos experimentar en carne propia el empoderamiento de la mujer.