PARÍS. La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, llegó hoy al Tribunal de Justicia de la República, donde debe comparecer ante los jueces instructores del caso por la indemnización pública millonaria a un empresario en 2008 cuando era ministra, y que podrían imputarla por malversación.

 

Lagarde llegó en coche, aparentemente distendida, y con más de media hora de antelación sobre su convocatoria a la sede de este órgano jurisdiccional de París especializado en juzgar a las personas aforadas, como los ministros, por hechos relativos al ejercicio de sus funciones.

 

Su declaración ante los tres magistrados podría prolongarse hasta mañana y cuando termine se sabrá si sale sin cargos o si es acusada de complicidad en falsificación y de malversación de fondos públicos por el controvertido procedimiento de arbitraje que eligió para poner fin al contencioso entre el Estado y Bernard Tapie.

 

Esa decisión del arbitraje, tomada en 2007 cuando era titular de Finanzas, con una renuncia a recurrirla ante los tribunales de justicia, se resolvió un año después con una indemnización de 403 millones de euros al empresario -conocido por su amistad con el entonces presidente francés, el conservador Nicolas Sarkozy- por su litigio con el antiguo banco público Crédit Lyonnais.

 

Los jueces pretenden aclarar si la opción de ese procedimiento de arbitraje se tomó contra los intereses del Estado, si estuvo influida -en particular por Sarkozy- para hacerlo así, y si estaba al corriente de las sospechas de parcialidad de alguno de los árbitros que intervinieron.

 

Ante la eventualidad de su imputación, las autoridades francesas ya han reaccionado por anticipado en dos líneas, la primera para reiterar su confianza en Lagarde como directora del FMI, por boca en particular del actual ministro de Finanzas, Pierre Moscovici.

 

El FMI en marzo, días después de que la justicia francesa hubiera llevado a cabo un registro en el domicilio parisino de Lagarde, había publicado un comunicado en el que el consejo de administración mostraba su “confianza” en la capacidad de la directora gerente para asumir “eficazmente sus funciones”.