Un volcán de emociones, que no paró ni siquiera la tormenta que se dejó sentir en esta zona de la ciudad, es lo que se vivió previo y durante el partido de ida de la final del Torneo Clausura 2013 entre Cruz Azul y América.
Parecía que el dios Tláloc no permitiría que la fiesta fuera completa, ya que poco antes del inicio de las hostilidades el estadio Azul todavía mostraba muchos huecos.
No obstante, estos se fueron llenando mientras “el cielo se caía” sobre los 22 jugadores de ambos equipos, quienes calentaban conscientes de que lo hacían para enfrentar uno de los partidos más importantes de su vida.
Fue el equipo de la “Máquina” el primero que desafió el clima al saltar a la cancha bajo el cobijo de su afición, que era mayoría en las gradas y que de manera inmediata se hizo sentir con gritos, porras y uno que otro desmayo de la emoción.
Águilas ingresó después y lo hizo bajo el chiflido de la barra “Sangre Azul”, que comenzó a insultar con un cántico al portero Moisés Muñoz, algo que no le importó al guardameta, mucho menos a un elemento del cuerpo técnico que en forma de burla los arengaba a que siguieran con los ataques.
Cada uno de los elementos americanistas portaba una playera en la que se podía leer la leyenda “Paul hoy juegas con nosotros”, en referencia a su compañero Aguilar, quien no pudo estar presente debido a una lesión muscular en la pierna derecha.
Los pocos aficionados americanistas, colocados en la tribuna sur, dieron la mala nota cuando, al inicio del encuentro, prendieron algunas bengalas, las cuales, pese al supuesto rigor del operativo de seguridad, lograron introducir, sin que se diera una situación que lamentar.
El agua no dejó de caer hasta pasado el minuto 15, cuando la Máquina logró arrancar miles de alaridos con el gol del argentino Christian Giménez, quien con un “martillazo” seco rompió el cero y provocó la locura generalizada.
Los pupilos de Miguel Herrera, que tuvieron el control del esférico gran parte del partido, se toparon en el complemento con un grandioso José de Jesús Corona, fundamental para que Cruz Azul mantuviera el cero y saliera con la mínima ventaja.
Transcurrido el primer capítulo de esta serie, la balanza se ha pintado de celeste, un sueño que esperan convertir en algo tangible el próximo domingo en la casa del odiado rival y así tomar revancha completa de lo acontecido hace 24 años.
(Foto: twitter @ligaMx)
Un detenido y un policía herido
Alrededor de las 18:40 horas, se registró una trifulca entre unos 15 aficionados de los equipos de futbol de América y Cruz Azul, en el cruce de Eje 6 sur y Patriotismo.
Como parte del dispositivo de seguridad de “Estadio Seguro”, policías capitalinos arribaron al lugar para intervenir en el conflicto.
En la acción, el oficial Jesús Israel Morán resultó herido en el labio superior y en la nariz al recibir una pedrada de uno de las personas involucradas en el pleito.
De acuerdo a autoridades de la SSP-DF, además de policía lesionado, hubo una persona detenida. Hasta el momento, la dependencia no reporta mayores incidentes.
Foto: twitter @ligaMx
Estadio fue un búnker
Seguridad total, como si se tratara de una visita de Estado, el Estadio Azul y sus alrededores fueron “sellados” previo al partido de ida de la final del Torneo Clausura 2013 de la Liga MX, entre Cruz Azul y América.
Desde mucho antes de acercarse al inmueble de la colonia Noche Buena fue evidente el dispositivo de seguridad implementado por la Secretaria de Seguridad Pública capitalina para resguardar a los asistentes a este partido.
Bajo estrictas medidas, prácticamente todos los que se acercaban a este sitio eran observados, analizados para evitar que introdujeran algún objeto prohibido.
Inclusive algunos representantes de los medios de comunicación, pese a que se identificaron como parte de la prensa, fueron objeto de escrutinio por los policías, quienes tienen la orden de evitar cualquier problema, pues para ello les solicitaron que dejaran sus utensilios de trabajo.
La reventa fue uno de los principales puntos a atacar, lo que provocó que los “amos” del mercado negro buscaran camuflarse entre la afición y de manera discreta ofrecieran algunos boletos, los cuales no bajaron de mil 700 pesos, cuando su precio original en taquilla es de 260 en la parte alta del inmueble.
Lo que no supo controlar la seguridad fue la falsificación de boletos, luego que a dos personas que intentaron ingresar con boleto en mano se les impidió el acceso, ya que los tickets que utilizaron fueron falsos, al ser adquiridos en reventa, por no menos de mil 500 pesos.
La necesidad o ansia de los asistentes a la final se fue haciendo más grande al grado de que se registraron algunos pequeños roces con los representantes de la autoridad, quienes en lugar de controlar sólo estorbaban el andar de las personas, sin que esto pasara a mayores.
Algunos despistados preguntaron con cierta desesperación a la gente de seguridad dónde se encontraba la puerta de acceso para ellos, quejándose con la desilusión de que tenían que darle toda la vuelta al estadio cuando la lluvia ya se dejaba sentir con cierta intensidad.
La mayoría de las personas presentes no podía ocultar sus colores celestes, que contrastaban de manera notable con los aficionados de América, más allá de que muchos impermeables que se podían adquirir por 10 pesitos fueran de color amarillo.
El color de las prendas contra la lluvia creaba la ilusión óptica de que había mayoría americanista en el primer capítulo de la gran final del futbol mexicano.
Por último, cabe señalar que el grupo de animación de Águilas del América llegó fuertemente resguardado por un número importante de policías, quienes, al mejor estilo de “el guardaespaldas” de Kevin Costner y la difunta Witney Houston, no se despegaron en ningún momento de ellos para darles cabida y evitar así cualquier desmán. (Notimex)
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