Aristóteles decía que el espacio público era concebido como un área vital y humanizante, donde la sociedad se reunía para compartir sus opiniones, evaluar propuestas y elegir la mejor decisión.
Pero ¿qué es el espacio público?, ¿de quién es?, ¿dónde empieza o hasta dónde termina?, ¿público significa que es de todos? Entonces, ¿quién lo cuida?
Comienza desde la puerta de nuestras casas. Son las calles por las que nos movemos día a día, las banquetas, las avenidas y sus obstáculos, las plazas, jardines, camellones.
Son sitios de reunión, esparcimiento, convivencia, la cual ayuda a generar identidad y cercanía entre los individuos que lo compartimos. Un espacio público de calidad mejora nuestras vidas.
Son y dan parámetros diferenciadores entre la competitividad de las ciudades porque fomentar el uso de un espacio público promueve la equidad y la seguridad pública. Es o debería ser incluyente.
En los últimos años hemos visto muy buenos ejercicios de revalorización y rehabilitación de importantes espacios públicos, como el Paseo de la Reforma a lo largo de cinco mil 352 metros, desde la Fuente de Petróleos hasta la calle Bucareli, y que continuó hace poco con la incorporación de los carriles confinados para bicicletas.
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