En un caos se ha convertido para los aficionados de América y Cruz Azul, llegar al estadio Azteca, escenario donde esta noche a partir de las 20:00 horas, se disputará el capítulo de vuelta, de la final del torneo Clausura 2013 de la Liga MX.

 

Las principales vías de comunicación como Calzada de Tlalpan, Periférico y el Circuito del estadio Azteca, se encuentran saturadas por la llegada de seguidores de “águilas” y “cementeros” al Coloso de Santa Ursula, desde tres horas antes del inicio del partido.

 

La afición deja sentir el amor por los colores “azulcrema” o “azulceleste”, con banderas que salen de las ventanas de sus vehículos y banderines colocados en las puertas de los mismos. En su mayoría hay seguidores del cuadro de Coapa, que será local en el partido de esta noche.

 

El estacionamiento del Coloso de Santa Ursula, que ha sido sede de más finales en la historia del futbol mexicano, ya empieza a llenarse, mientras que quienes prefieren dejar su auto en las calles aledañas, deben “desembolsar de 40 pesos para arriba”, que es la cuota que los vecinos han establecido para el “cuidado”, de los autos, aunque estén en una zona pública.

 

“La Monumental” llega a estadio en medio de operativo

Integrantes de la barra “Monumental”, conformada por seguidores del América, llegó al estadio Azteca en medio de un operativo especial, que protegió su llegada al inmueble por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública.

 

Al son de tambores, entre papelitos de colores amarillo y blanco, principalmente, y diversos cantos de apoyo, los miles de integrantes de ese grupo de animación llegaron al Coloso de Santa Ursula, tras reunirse afuera de las instalaciones del club en Coapa, desde donde caminaron hasta este inmueble.

 

Entre gritos de “¡Vamos, Vamos América, esta tarde tenemos que ganar!”, “¡El que no grite es un chemo maricón!”, “¡América, América, América!”, los integrantes de varias barras cruzaron el puente de avenida Acoxpa.

 

A la “procesión” se unieron integrantes de la porras “Ritual del Kaoz” y “Disturbio”, mientras todos eran escoltados por elementos de seguridad para evitar que la llegada se saliera de control.

 

En cuanto se aproximaron al inmueble el operativo cerró la calle Donceles al tránsito vehicular hasta que terminó de pasar todo el contingente, algo que tardó casi 10 minutos y que causó, a su vez, un caos vial en Calzada de Tlalpan.

 

Apenas llegaron por la explanada de Tlalpan entraron por las puertas principales y se fueron a colocar a su lugar habitual; la parte baja de la cabecera norte.