El alemán Nico Rosberg mantuvo la calma en medio del caos para ganar ayer domingo el Gran Premio de Mónaco de Fórmula Uno, emulando la victoria de su padre hace 30 años y dando a Mercedes su primera victoria en la campaña, en una carrera cargada de colisiones.

 

Rosberg logró el triunfo por delante de los Red Bull de su compatriota Sebastian Vettel y del australiano Mark Webber, que fueron segundo y tercero, respectivamente. El inglés Lewis Hamilton, de Mercedes, fue cuarto.

 

El tres veces campeón Vettel, por su parte, extendió su ventaja en el tope de la tabla con su segundo puesto aquí. Fernando Alonso, de Ferrari, no consiguió replicar su triunfo hace dos semanas en el Gran Premio de España y apenas se llevó el séptimo puesto, mientras que su compañero Kimi Raikkonen finalizó décimo.

 

El piloto de Mercedes, de 27 años, ha hecho historia en Montecarlo al repetir en el circuito monegasco el triunfo que consiguió su padre, el legendario Keke Rosberg por estas mismas estrechas calles hace ahora justamente tres décadas.

 

El de Wiesbaden no dio opción alguna a sus rivales en una accidentada carrera en la que hubo tres coches de seguridad y una bandera roja en la vuelta número 46, que provocó la paralización momentánea de la prueba.

 

Un aparatoso choque entre el venezolano Pastor Maldonado (Williams) y el británico Max Chilton (Marussia) obligó a la dirección de la carrera a decretar la bandera roja. Ambos pilotos salieron ilesos.

 

Rosberg, que salió desde la pole después de haber marcado el mejor tiempo en la clasificación, no se vio afectado por ninguno de los choques y se mantuvo en primera posición durante toda la carrera.

Checo, piloto agresivo

 

Otro de los puntos candentes del accidentado gran premio de Mónaco fue la agresiva conducción del mexicano Sergio Pérez (McLaren), que abandonó faltando cinco vueltas para finalizar la carrera cuando marchaba en sexta posición, después de un choque con Kimi Raikkonen (Lotus).

 

El español Fernando Alonso (Ferrari) y el británico Jenson Button, compañero de equipo de Pérez, además del finlandés Raikkonen, sufrieron también el pilotaje agresivo del joven mexicano, de 23 años, que le valió las reprimendas de los tres veteranos.

 

“Cuando luchas por ser undécimo o duodécimo en todas las carreras, como hace Sergio, te lanzas a atacar. Ellos no pierden nada, pero yo pierdo puntos muy valiosos”, dijo Alonso, visiblemente molesto. “Espero que esto le sirva de lección y así aprenda”, sentenció el español.

 

El mexicano se defendió y dijo que Raikkonen fue el responsable del contacto y aseguró tras la prueba que fue “una gran carrera con resultado decepcionante”.