GINEBRA. El relator especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos de los migrantes, François Crépeau, criticó ayer que la Unión Europea (UE) trate el tema de la inmigración como un “problema de seguridad”, en lugar de afrontarlo desde la perspectiva de los derechos humanos.
Durante su intervención ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Crépeau lamentó que en la legislación de la UE la inmigración irregular sea contemplada “como un problema de seguridad que debe frenarse. Esto es totalmente contrario a una visión de los derechos humanos, dado que no percibe a los inmigrantes como individuos con iguales derechos”.
El relator elaboró un informe sobre la gestión de las fronteras externas de la UE y su impacto en los derechos humanos de los inmigrantes, tras invertir un año en estudiar el tema y en ese tiempo, además de investigar la legislación europea, ha viajado a Grecia, Italia, Túnez y Turquía.
El relator explicó que se ha centrado en el estudio de las fronteras externas porque “es donde tienen lugar los peores abusos, incluidas las muertes acaecidas en el intento de alcanzar la UE”.
Lamentó que las inversiones realizadas en el “aparato de seguridad” no se correspondan con desembolsos similares en la protección de los derechos de los inmigrantes.
“A pesar de que la directiva europea estipula que la detención con fines de retorno forzado sólo debería ser una medida de última instancia, he observado que el discurso de dar seguridad a las fronteras ha convertido la detención de inmigrantes irregulares en una herramienta legítima, a pesar de que no hay ninguna evidencia de que la detención tenga un efecto disuasorio”, añadió.
Denunció que ha “presenciado repetidamente” procesos inadecuados de arresto, sin “respeto de la ley ni de las garantías procesales y la detención de niños”.
Crépeau criticó que, a pesar de que los retornos se lleven a cabo bajo acuerdos de readmisión, se realizan sin cumplir con las garantías necesarias.
Por otra parte, criticó la política de “externalizar” el control fronterizo, al transferir la responsabilidad del control del flujo migratorio a terceros países, lo que “no se ha realizado con las necesarias garantías de respeto a los derechos humanos”.
Finalmente, el relator sugirió que, dado el incesante flujo de inmigrantes ilegales hacia Europa y la constatada necesidad de mano de obra poco calificada, sería más inteligente por parte de la UE ampliar los contingentes de inmigración regular.
A su juicio, “la apertura de más canales de inmigración regular, incluidos trabajadores poco calificados, reflejaría las necesidades reales de trabajo de la UE y llevaría a menos entradas irregulares, menos contrabando de inmigrantes y menos explotación”. EFE